Cuando descubrió que tenía leucemia, Acutis ofreció sus sufrimientos por
el Papa y la Iglesia Católica. Murió el 12 de octubre de 2006 en la fiesta de
la Virgen del Pilar, con solo 15 años de edad
Carlo Acutis. Foto: Asociación Carlo Acutis |
“Quería que las personas comprendieran la
importancia de la Eucaristía”. Con esa frase explica la madre de Carlo Acutis,
el adolescente fallecido de leucemia que ofreció su enfermedad por la Iglesia y
cuyas virtudes heroicas fueron reconocidas el pasado 5 de julio de 2018, la
estrecha relación entre su hijo y la Eucaristía.
En
una entrevista publicada por la Agencia SIR, Antonia Salzano, la madre de
Carlo, asegura que la noticia de la decisión del Papa Francisco de declarar
venerable a Carlo “fue una bella sorpresa. No nos esperábamos esta decisión tan
rápidamente”.
Acutis,
nacido el 3 de mayo de 1991 en Londres aunque más tarde se trasladaría con su
familia a Milán, mostró a lo largo de su vida un gran compromiso con la
evangelización y la catequesis. Para ello, además de su implicación en la
parroquia, no dudó en poner su afición a la informática al servicio del
Evangelio.
De
esa manera, creó exposiciones virtuales sobre temas de fe. En concreto, destacó
la exposición que realizó cuando tenía 14 años sobre los milagros eucarísticos
en todo el mundo. Expertos en informática que han estudiado sus trabajos
consideran que, a pesar de ser solo un adolescente, Carlo era un genio de la
tecnología.
Gracias
a ello, Carlo consiguió una notable influencia en la difusión de la fe, y
muchos educadores y catequistas continúan usando aún hoy las herramientas
ideadas por él para difundir el Evangelio.
En
la entrevista con SIR, su madre explica que, tras hacerse público el
reconocimiento de sus virtudes heroicas, “recibimos correos electrónicos de
todas las esquinas del planeta. La decisión del Papa es motivo de consuelo para
todos aquellos que, jóvenes o educadores, se refieren a Carlo como modelo para
evangelizar”.
En
otra parte de la entrevista, Antonia Salzano habla de la responsabilidad de ser
la madre de Carlo Acutis: “Si yo no me santifico, el día de mañana deberá venir
mi hijo a buscarme al Purgatorio. Es indudablemente una gran responsabilidad,
pero me produce mucha satisfacción ver cuánto bien está haciendo Carlo”.
La
madre de Carlo explica también que la especial relación de su hijo con la
Eucaristía comenzó tras hacer la primera comunión a los 7 años. “Desde aquel
momento, nunca faltó a su cita cotidiana con la Misa, y un poco de adoración
eucarística antes y después de la celebración”.
“Para
él era fundamental: si hacíamos un viaje, su preocupación era encontrar una
iglesia cerca del hotel. Este amor por la Eucaristía, que él llamaba ‘mi
autopista para el Cielo’, lo llevó a estar presente en la vida parroquial.
Alrededor de los 11 años se le pidió ayudar en la catequesis y luego ser
catequista”.
Cuenta
cómo “pasaba las horas preparando los paneles y los escritos. Durante el verano
se dedicaba a esto en vez de salir con los amigos. Fue un sacrificio, pero se
lo dejaba hacer porque no perjudicaba su vida de estudiante”.
Fruto
de esa intensa preparación de las catequesis surgió lo que, más tarde, fue
denominado como el “kit para hacerse santo”: la Misa, la Comunión, el Rosario,
la lectura diaria de la Biblia, la confesión y el servicio a los demás.
El
objetivo de la santidad queda resumido en una de sus frases: “Nuestra meta debe
ser el Infinito, no el finito. El Infinito es nuestra Patria. Desde siempre el
Cielo nos espera”.
Cuando
descubrió que tenía leucemia, Acutis ofreció sus sufrimientos por el Papa y la
Iglesia Católica. Murió el 12 de octubre de 2006 en la fiesta de la Virgen del
Pilar, con solo 15 años de edad.
Tras
la muerte de Carlo, su madre tuvo otros hijos cuatro años después. En la
entrevista señala que, aunque no lo conocieron, sienten a Carlo cercano, “le
rezan. Son niños particularmente devotos. La figura de Carlo la viven con
serenidad”.
Antonia
Salzano reflexiona en la entrevista sobre la profunda vida espiritual de su
hijo: “Carlo decía que se hacen filas kilométricas para asistir a un concierto
o a un partido de fútbol, pero en cambio delante del sagrario está vacío.
Nosotros somos más afortunados que aquellos que vivieron con Jesús porque
podemos salir de casa y caminar hasta la iglesia más cercana para tener
Jerusalén con nosotros”.
“Carlo
quería que la gente comprendiera este don inmenso. Dios está con nosotros, y
esto debe ser motivo de felicidad y de esperanza para todos. Incluso cuando
debemos soportar las cruces, porque Carlo decía que ‘al Gólgota subiremos
todos’. Podemos santificarnos durante ese camino”, concluye.
Fuente:
ACI