Bautismo del Señor (Ciclo C)
MONICIÓN DE ENTRADA
Buenos días, hoy celebramos el domingo del Bautismo del Señor. Con este
domingo cerramos el ciclo de la Navidad y la Epifanía y abrimos el del tiempo
ordinario.
En esta celebración conmemoramos el Bautismo que Jesús recibió de manos
de Juan el Bautista. Esa fue la ocasión para que el Padre, al revelar su filiación
divina, hiciera descender sobre Él el don del Espíritu y diera comienzo a su
vida pública.
Celebremos con gozo este misterio luminoso de nuestra fe y dejemos que
la liturgia de la Iglesia no haga participar de él.
MONICIÓN A LAS LECTURAS
El Bautismo de Jesús no es nuestro bautismo.
Él fue bañado en el agua del Jordán, nosotros somos bautizados en el Espíritu
Santo por el agua de la pila bautismal.
Sin embargo, nuestro bautismo tiene su origen
en la acción salvadora que Cristo hizo pública a partir de aquel día. Nosotros
recibimos la Unción del Espíritu, porque ese día el Padre hizo descender el
mismo Espíritu sobre la carne de su Hijo, Jesús.
Escuchemos con atención la Palabra que hoy se
nos va a proclamar, ella nos introducirá en este misterio de nuestra salvación.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A cada suplica respondemos: ¡Activa
en nosotros, Señor, la gracia bautismal!
- Por todos los
bautizados, miembros del Pueblo de Dios, para que reconociendo nuestra unción del
Espíritu seamos testigos del Evangelio. OREMOS.
- Por los que se dedican a la política,
para que no busquen sus intereses partidistas y promuevan el bien de nuestro
pueblo. OREMOS.
- Por las víctimas de la violencia
familiar, para que la sociedad promueva las medidas necesarias para su protección
y sanación. OREMOS.
- Por los cristianos perseguidos por
causa del Evangelio, para que a la luz de la fe reconozcan la cercanía de
Cristo y la fortaleza del Espíritu. OREMOS.
-
Por todos nosotros, que celebramos habitualmente la Eucaristía dominical, para
que en nuestra vida cotidiana vivamos de acuerdo con la gracia que recibimos en
el Bautismo. OREMOS.
ORACIÓN FINAL
Gracias, Padre de bondad,
porque en nuestro bautismo,
a través del agua y el Espíritu,
nos has adoptado como hijos
y nos has hecho uno con tu Hijo Jesús.
Gracias, porque al injertarnos el Él
nos has hecho participar de tu vida divina
y nos has convertido, ante el mundo,
en testigos de tu amor.
Padre de misericordia,
ayúdanos a tener presente este don
y a vivir de acuerdo con su exigencia:
que nunca olvidemos que somos hijos tuyos
y hermanos de todos los demás hombres.
¡Oh, buen Jesús!,
ya que el Padre nos ha unido para siempre a ti,
no dejes que nos separemos de tu amor,
al contrario, haz que vivamos
bajo el impulso de tu Espíritu,
de modo que en todo tiempo y lugar
seamos testigos de tu Evangelio de salvación.
Amén.