La
oración va abriendo nuestros ojos a nuestra maldad
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Es
necesaria la desconfianza en uno mismo, hay que poner toda la confianza en Dios
y lo indispensable de recurrir a Él continuamente por medio de la oración. Hoy
intentaremos trillar el camino que va de la oración -de las gracias que se
obtienen con la oración- al verdadero cambio de vida.
Decía
el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira que uno de los frutos más apreciados de las
gracias que vienen con una oración bien hecha es la formulación de firmes
principios: a medida que la persona reza recibe conocimientos y fuerzas, y con
estos ella debe ir consolidando su estructura de formulaciones morales, gran
dique este en el momento de la tentación.
La
oración trae un fortalecimiento de la convicción de que debemos regirnos por
los 10 mandamientos, y nos va aclarando la importancia y las implicaciones más
finas, más detalladas, de esos 10 mandamientos.
La
oración va abriendo nuestros ojos a nuestra maldad, la intrínseca, la potencial
y la actual, y nos va mostrando el camino para salir de la maldad y arribar al
bien, que tiene como una de sus etapas más importantes la decisión firme en el
alma de hacer el bien y evitar el mal. Pero miremos como resume este caminar el
P. Lorenzo Scúpoli, en El Combate Espiritual:
"Aborrecer
lo que es malo. (...) conviene nos ejercitemos en sentir un gran aborrecimiento
y asco hacia el vicio que queremos vencer". Lo dicho por el P. Scúpoli
sobre un vicio se debe extender a toda trasgresión a cualquier mandamiento.
Pero es claro que cada hombre tiene un vicio capital al que más tiende. En todo
caso, todos los vicios tienen como madre más que el ocio a la soberbia, y por
tanto la soberbia, el orgullo, siempre debe ser objeto de nuestro desprecio y
de nuestro ataque.
"Tenemos
que hacer actos contrarios a los que las pasiones y malas inclinaciones nos
proponen. Así, por ej., si la ira quiere invitarnos a la venganza, debemos
rezar por el bien de la persona que nos ofendió. Si la tristeza trata de
inclinarnos al desánimo, debemos cultivar pensamientos de alegría y de
esperanza". Entonces, ver la necesidad de negar las inclinaciones de la
propia naturaleza e ir actuando en contrario, aunque sea con cosas pequeñas,
como 'hormiguita', lo que termina construyendo una gran edificación.
Es
precisa la persistencia, que va unida al no desánimo. La generalidad de los
espiritualistas afirma que más que la caída, lo que el demonio quiere es el
desánimo, porque ahí corta de raíz cualquier ímpetu hacia la virtud. Entonces
no desanimar: el desánimo es fruto del orgullo, pues es la mera naturaleza humana
orgullosa no queriendo aceptar su debilidad. Por el contrario, el humilde no
desanima, él sabe que lo normal en él son las caídas, pero que con la gracia de
Dios, él ira realizando los actos contrarios a las malas pasiones que
terminarán construyendo la virtud: "Ya sabemos que para adquirir una mala
costumbre o un vicio se necesitan muchos pecados repetidos, y de la misma
manera para conseguir una virtud contraria a ese vicio se necesitan repetidos y
frecuentes actos buenos hasta lograr adquirir la buena costumbre que sea capaz
de enfrentarse al vicio y alejarlo. Y aún más: son necesarios más actos buenos
de virtud para formar una buena costumbre, que actos pecaminosos para formar un
vicio, porque al vicio le colaboran las pasiones y malas inclinaciones, y en
cambio a la virtud se le opone nuestra naturaleza corrompida y viciada por el
pecado". Entonces, tranquilos, y... para adelante.
Finalmente,
"hay que mortificarse en lo que es lícito. (...) Se llama lícito lo que es
permitido, lo que se puede hacer o decir sin cometer pecado". Si dejamos
de hacer algunas cosas que incluso son lícitamente placenteras "la persona
se va acostumbrando más fácilmente a dominarse a sí misma, y cuando le lleguen
los atractivos de las pasiones y de los malos instintos ya tiene fuerza de
voluntad y podrá salir vencedora de muchas tentaciones".
Por
tanto, a rezar, a luchar, a levantarse, a seguir rezando, siempre con confianza
y perseverancia.
Por: Saúl Castiblanco
Fuente:
GaudiumPrress.org