Método de trabajo y fases
VI
(15 de septiembre de 1965), en respuesta a los deseos de los Padres del
Concilio Vaticano II para mantener vivo el espíritu de colegialidad nacido
de la experiencia conciliar.
Aunque
el Sínodo es una institución de carácter permanente, sus funciones y su
concreta colaboración no tienen tal carácter. El Sínodo de los Obispos se reúne
y actúa solo cuando el Santo Padre considera necesario y oportuno consultar al
episcopado, el cual durante un encuentro sinodal expresa su opinión “sobre
argumentos de gran importancia y gravedad” (Pablo VI, Discurso a los
Cardenales, 24 de junio de 1967).
La
finalidad de cada asamblea sinodal es vivir una experiencia de colegialidad
entre el episcopado y el Santo Padre. A través de la aceptación del Santo Padre
de las sugerencias o conclusiones de una determinada asamblea, el episcopado
ejerce una actividad colegial que se aproxima pero que no coincide con aquella
manifestada en un concilio ecuménico. Esto es un resultado directo de varios
factores: de una presencia de Padres provenientes del entero episcopado, de la
convocación de parte del Santo Padre y de “la unidad del episcopado, el cual,
para ser uno, necesita una Cabeza del Colegio” (Juan Pablo II, Pastores gregis, 56), que es primero en el
orden episcopal.
Trabajo del Sínodo
El
trabajo del Sínodo se lleva a cabo en sesiones a las que asisten todos los
Padres sinodales en el Aula del Sínodo, llamadas Congregaciones generales, que
dan comienzo con una relación ante disceptationem preparada por el
Relator General del Sínodo. En resumen, el Sínodo de los Obispos se divide en
tres fases.
Presentación
Durante
la primera fase cada miembro presenta a los demás la situación de su Iglesia
particular. Este rico intercambio de experiencias de fe y cultura sobre el tema
del sínodo contribuye a ofrecer una primera imagen de la situación de la
Iglesia que, no obstante, debe ser profundizada y perfeccionada.
Círculos Menores
A
la luz de estas presentaciones, el Relator General del Sínodo elabora una serie
de preguntas (recogidas en la relación “post disceptationem“) que deberán
debatirse durante la segunda fase, cuando todos los miembros del Sínodo se
dividen en grupos según las diversas lenguas, llamados Círculos Menores (Circuli
Minores).
Los
informes de cada grupo se leen en Asamblea Plenaria. En esta ocasión, los
Padres sinodales pueden pedir aclaraciones sobre los temas presentados y hacer
sus comentarios.
Votación
En
una tercera fase, los Círculos se dedican a hacer sugerencias y observaciones
en forma precisa y definida de tal manera que en los últimos días la asamblea
pueda proceder al voto de proposiciones concretas. El trabajo inicial de los
Padres sinodales, reunidos en los círculos, se encamina hacia la formulación de
diferentes proposiciones sobre la base de la discusión en el aula del Sínodo y
en la Relaciones de los Círculos Menores. En los Círculos Menores, los Padres
sinodales pueden votar una proposición con el “Placet” (apruebo) o “non-placet”
(no apruebo).
Enmiendas
Las
propuestas de los Círculos Menores se envían luego al Relator general y el
Secretario especial quienes las reúnen en una lista unificada de proposiciones,
que es presentado por el Relator General en sesión plenaria. Entonces los
Círculos Menores se encuentran de nuevo para discutir las proposiciones. Y es
en este momento, cuando los Padres sinodales pueden presentar sus enmiendas
individuales a la atención del círculo, cuyo propósito será unir todos los
votos provenientes de cada círculo y los relativos a las enmiendas a las
proposiciones.
El
Relator General y el Secretario Especial dan su opinión sobre estas enmiendas
colectivas y deciden si deben ser incorporadas o no en la lista final de
proposiciones y, en caso de rechazo, deben explicar la motivación en un
documento llamado: Examen de las enmiendas.
La
lista final de las proposiciones se presenta después en sesión plenaria y se
somete al voto de cada padre sinodal, que puede decidir a favor o en contra de
la proposición.
Al
final de una Asamblea General del Sínodo, el Secretario General archiva todo el
material en la Secretaría General y elabore el informe final del trabajo para
presentarlo al Santo Padre.
Fuente:
Zenit