Irresistible
suavidad
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
-¡Te
aseguro que si la pillo... ¡¡yo no sé qué le hago!!!
Quien
conozca a sor Ana sabrá que es bastante complicado hacerla enfadar. Bien, pues
esta vez, alguien lo había logrado. Y a las mil maravillas.
Vista
la gravedad de la situación, me acerqué a ella y pude descubrir la magnitud del
crimen sucedido.
Nuestra
procuradora iba tranquilamente paseando por la huerta, revisando el estado de
los frutales. Se detuvo satisfecha ante el peral de invierno que, tal y como
está, promete una abundante cosecha para enero. Pero, justo entonces...
apareció.
Sí,
viendo el interés de sor Ana por ese árbol, Jubi llegó a la conclusión de que
algo bueno debía de tener: ¡descubrió que de ahí colgaba comida!
No
necesita más motivación. Pegó un brinco y enganchó una pera con rama, hojas y
todo incluido.
Desde
el ángulo perruno, aquello era un chollo: una “pelota” dura con la que jugar y
con la que, acabado el juego, poder merendar. El hecho de que la procuradora,
habitualmente tranquila, se liase a perseguirla por toda la huerta... solo
hacía más trepidante el juego. Jubi estaba encantada. No sé si el peral llegará
de una pieza al año que viene.
La
pobre sor Ana estaba sofocadísima de la carrera. Claro, no suele dedicarse a
correr, ¡pero no dudó ni un instante en lanzarse a perseguir a nuestra beagle!
“Nadie
puede venir a mí si mi Padre no lo atrae”, dice Jesús. San Agustín señala al
respecto: “Me parece poco decir que somos atraídos libremente; hay que decir
que somos atraídos incluso con placer. Muestra una rama verde a una oveja, y
verás cómo atraes a la oveja; enséñale nueces a un niño, y verás cómo lo atraes
también; es atraído por el amor”.
Efectivamente,
el Señor busca nuestro bien en todo momento, y nos hace encontrar en Él el
verdadero Agua viva que nuestra alma busca. Y, una vez que bebes de Él, ¡ya no
quieres beber de otra fuente!
¡Y
así debemos hacer nosotros con los demás! Si quieres acercar a alguien al
Señor, no quieras conseguirlo a la fuerza, ni a golpe de palabras... Como hace
Jesús, ¡interésate por lo que le gusta a esa persona!
Hoy
el reto del amor es compartir un momento de diversión con alguien. Averigua qué
es lo que le gusta a esa persona y vive ese momento con ella. Y, cuando te
pregunte por qué lo haces, entonces podrás decir que es por el Señor. ¡Hoy
atrae con amor! ¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma