COLABORACIÓN DE JUAN CARLOS CARVAJAL PARA ESTE DOMINGO

19 Domingo Tiempo Ordinario (Ciclo B)
MONICIÓN DE ENTRADA
Buenos días, sed bienvenidos a la celebración del Día del Señor.
Como cada Domingo, nos hemos reunido en torno al Altar de Cristo. Es el Padre el que nos ha convocado para darnos su Palabra y alimentarnos con el Cuerpo y la Sangre de su Hijo, Jesús.
Dispongámonos a celebrar con gozo esta Eucaristía, viático para esta vida y alimento de vida eterna, que Dios, en su infinita gracia, ha tenido a bien darnos. 

MONICIÓN A LAS LECTURAS

Durante toda la vida podemos ir detrás de Jesucristo y no conocerlo. Podemos conocerlo al modo humano, pero no penetrar en su misterio.
Eso es lo que les pasaba a las multitudes que seguían a Jesús. El conocimiento de Cristo es un don del Padre. Es Él el que nos lo tiene que conceder y nosotros recibirlo como gracia.
Escuchemos con fe las lecturas que hoy se nos proclaman, ellas nos desvelarán el misterio que se nos revela en Crsito.

ORACIÓN DE LOS FIELES

A cada petición respondemos: ¡Señor, danos el pan de vida!

- Por los pastores de la Iglesia, por el Papa, los obispos y sacerdotes, para que sean buenos distribuidores del pan de los hijos de Dios. OREMOS.

- Por la instituciones internacionales, para que pongan todos los esfuerzos para erradicar el hambre en el mundo. OREMOS.

- Por los que buscan a Dios con sincero corazón, para que se dejen guiar por la gracia divina y reconozcan a Jesucristo como su Salvador y Señor. OREMOS.

- Por los que están disfrutando de las vacaciones estivales, para que dedique un tiempo a encontrarse con ellos mismos, a servir a los necesitados y a tratar de amistad con Dios. OREMOS.

- Por los que formamos parte de nuestra parroquia, para que hagamos de la Eucaristía el centro de nuestra vida comunitaria. OREMOS.


ORACIÓN FINAL

Gracias, Padre de bondad,
por darnos a Jesús como testigo de tu amor:
Él nos ha abierto tu misterio divino
y nos ha dado a participar
de la relación filial que mantiene contigo.

Gracias, Padre de misericordia,
porque Tú nos lo has revelado
y nos has llevado hacia Él.
Sí, Padre, Tú nos has iluminado con tu Espiritu
y nos ha hecho conocer su misterio en la fe,
Tú nos has ungido con tu gracia
y nos has unido para siempre a Él.

Gracias, por este misterio de bondad
que has tenido con nosotros,
porque al darnos a tu Hijo, Jesús,
nos has dado todo con Él.

Te pedimos, Padre bueno,
que no demos nunca por conocido a Jesús,
que le recibamos como alimento de vida eterna
que cuanto más se come,
más se aviva el deseo de alimentarnos de Él.
Amén.