Uno de
ellos conoció la fe tras un tiroteo con los narcos en Nicaragua. Otro se
enfrentó a Dios por un problema familiar
El obispo Munilla con un grupo de jóvenes. RC |
El obispo de
San Sebastián, José Ignacio Munilla prologa un libro que cuenta la historia de
varios seminaristas de distintos países que, tras sucesos inesperados en sus
vidas, descubrieron su vocación al sacerdocio.
El
libro de la editorial Rialp saldrá en septiembre y lleva por título: “Se buscan
rebeldes (Y luego que sea lo que Dios quiera)”. “No corren buenos tiempos para
los sacerdotes. Los escándalos provocados por algunos han dejado herida su
reputación y la de la Iglesia. Conocer el origen y la historia de algunos de
ellos nos puede servir para verlos en su sencillez, tal y como son, y valorar
su vida entregada”, dicen los autores.
“Muchas
personas ponen en tela de juicio a los sacerdotes, y algunos consideran que son
una figura del pasado, o poco clara. Los escándalos no pueden hacer oscurecer y
olvidar la vida de sacrificio y entrega de tantos otros”, se leen
en el libro.
En
el libro se pone este ejemplo: “Sucede como con los aviones: nadie se da cuenta
de los miles de aviones que sobrevuelan el cielo cada día, pero siempre
es noticia cuando uno cae. Hay miles y miles de sacerdotes en todo el mundo
que dan diariamente la vida por las personas que más lo necesitan. Hombres de
Dios que apenas salen en los medios, que no hacen campañas de marketing, pero
que, de forma sencilla y sin espectáculos, son los brazos, los labios de Dios”.
Giro inesperado
Para
los autores, conocer el origen y la historia de algunos seminaristas y
sacerdotes nos puede servir para “verlos en su sencillez, tal y como son, y
valorar su vida entregada. Así, un grupo de seminaristas bien próximos a su
ordenación sacerdotal deciden contarnos en este libro qué les llevó a
dar a sus vida un giro tan inesperado”.
Estas
son las historias de alguno de estos seminaristas, muchos de ellos han
estudiado en el Colegio Eclesiástico Internacional Bidasoa en Pamplona y
algunos han podido recibir toda la formación integral, teológica y espiritual
gracias a la aportación económica de los benefactores de CARF Fundación,
una entidad que ayuda a sacerdotes y seminaristas de todas las diócesis del
mundo.
Un tiroteo con los narcos
Jairo
se encontró con Dios tras sufrir un tiroteo con los narcos, en Nicaragua. Ignatius, tras un encuentro de oración de
Taizé en Indonesia. Álvaro prefiere dejarlo todo, incluso su sueño
de jugar al fútbol en el Real Madrid, para seguir una voz interior.
Carlinhos,
buscando chicas y fútbol, encuentra en su parroquia de Brasil algo inesperado.
Muy lejos de allí, en Tanzania, Enock vela a su padre,
moribundo, que le dice cosas que logran cambiarle todos sus planes... Carlos,
en el Caribe, se enfrenta a Dios: “Si eres realmente Dios, haz que mis padres
vuelvan a estar juntos”. Ese trato tendrá consecuencias imprevisibles en su vida.
Y
Masahiro, en Japón, y Javier, en Madrid, y un seminarista chino que
no puede revelar su nombre... Todos ellos sintieron la misma llamada a ser
sacerdotes. “Todos, inconformistas, rebeldes, jóvenes que no quieren ajustarse
a los estándares de la sociedad, que no quieren que la sociedad les corte según
sus patrones”, se leen en el libro.
Vocación al infinito
“Cuando
uno va conociendo la vida de algún sacerdote santo, ve en él algo común a los
que son como él: ve a alguien que ha tenido la rebeldía de dar su vida por los
demás. “Quizá lo veamos con algo de sobrepeso -dicen los autores en la
introducción-, cuidando su parroquia rural y siendo un auténtico cura
de pueblo.
Quizá
sea un sacerdote dinámico y joven, con un don especial para predicar, conmover
y acercar a Dios a jóvenes y mayores. Quizá sea un sacerdote “normal”, incluso
tímido y sin especial preparación intelectual. También era así el Santo
Cura de Ars, y cambió Francia desde su confesonario. Todos ellos, bajo
la carrocería, esconden una valiosa rebeldía, van a contracorriente, hoy más
que nunca, y son lámparas eficaces que dan consuelo y luz para el camino
vocacional de los demás”, dicen los autores.
El
obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, prologa el libro y dice: “Pero
te equivocarías si interpretases que han sido escogidos entre gente de otra
pasta; una especie de selección de supermanes. De eso nada.
La explicación es otra. Al ser humano le atrae todo lo grande, pero no por
vanidad o por vanagloria, sino porque llevamos inscrita en nuestro ADN la
vocación al infinito”.
Fuente:
ReligionConfidencial