El
Papa respondió a cinco preguntas centradas en la formación y la espiritualidad
sacerdotal, dio indicaciones y recomendaciones y no hizo faltar sus bromas y
sonrisas
El Papa encuentra a los estudiantes de los Colegios Pontificios de Roma (Vatican Media) |
El
Papa Francisco recibió en audiencia esta mañana a seminaristas y sacerdotes
estudiantes de los Colegios Pontificios eclesiásticos de Roma. Francisco
dialogó con ellos sobre los puntos fundamentales para ser buenos sacerdotes:
discernimiento, formación humana y espiritual permanente
Cantos,
oraciones y lecturas, reflexión y diálogo abierto, marcaron el encuentro del
Papa Francisco con los seminaristas y estudiantes de los Colegios Pontificios
de Roma esta mañana. El encuentro comenzó con la acogida del Pontífice en un
clima de fiesta, seguido por el saludo del Card. Beniamino Stella, Prefecto de
la Congregación para el Clero. El Papa respondió a cinco preguntas centradas en
la formación y la espiritualidad sacerdotal, dio indicaciones y recomendaciones
y no hizo faltar sus bromas y sonrisas.
Sacerdotes en camino,
jamás solos y dispuestos a la escucha
La
primera pregunta es leída por un seminarista francés en representación de los
europeos: pide al Pontífice cómo tener junto el ministerio presbiteral con la
humildad de sentirse discípulos y misioneros. Francisco le responde que “el
sacerdote debe ser un hombre siempre en camino, un hombre de escucha y jamás
solo: tiene que tener la humildad de ser acompañado.
Discernimiento, clave para
ir adelante
El
discernimiento es fundamental para ir adelante y para comprender lo que
está bien y lo que está mal. Es la explicación del Papa a la segunda pregunta,
leída por un seminarista africano de Sudán. Francisco precisa que son dos las
condiciones para un verdadero discernimiento: que se haga en la oración ante
Dios, y que se haga confrontándose con otro, una guía capaz de escuchar y de
dar orientaciones. Cuando no hay discernimiento en la vida sacerdotal –
puntualiza el Papa – hay rigidez y casuística. Hay incapacidad de seguir
adelante. Todo se vuelve cerrado, el Espíritu Santo no trabaja. Francisco
recomienda a los sacerdotes que tomen al Espíritu Santo como compañero de
camino y dice que a menudo se tiene miedo del Espíritu Santo, que se lo quiere
enjaular.
Presbíteros padres, que
dan la vida a los demás
Un
sacerdote mejicano habla en nombre de aquellos llegados de América Latina y
pregunta al Santo padre cómo se puede salvaguardar el equilibrio integral del
sacerdote a lo largo de toda su vida. El Papa subraya la importancia de la
formación humana del presbítero. Es necesario ser personas normales, humanas, –
dice – capaces de gozar con los demás, de reírse, de escuchar en silencio a un
enfermo, de consolar dando una caricia. Es necesario ser padres, ser fecundos,
dar vida a los demás. Sacerdotes padres – concluye – no funcionarios de lo
sagrado o empleados de Dios.
Espiritualidad del
sacerdote diocesano
Un
sacerdote estadounidense pregunta al Santo Padre cuáles son las características
de la espiritualidad del sacerdote diocesano. El Papa responde: "carácter
diocesano". Que significa que el sacerdote debe cuidar la relación con el
propio obispo, aun si fuera un tipo difícil, con sus hermanos presbíteros y con
la gente de su parroquia, que son sus hijos. Si trabajarán en estos aspectos –
afirma Francisco – se volverán santos.
Cuidar la formación humana
La
última pregunta sobre la formación permanente la hace un sacerdote de
Filipinas. El Papa recomienda que se cuide la propia formación: humana, pastoral,
espiritual, comunitaria. Y dice que la formación permanente nace de la
conciencia de la propia debilidad. Es importante conocer los propios límites – asegura.
Además, sumergidos en la cultura contemporánea, preguntarse cómo se vive la
comunicación virtual, cómo se usa el propio celular; prepararse a enfrentar las
tentaciones sobre la castidad – que llegarán, dice el Papa – y después,
cuidarse de la soberbia, de la atracción por el dinero, del poder y de las
comodidades.
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