Tocar la pila
Hola,
buenos días, hoy Matilde nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
En
la sala de trabajo, tenemos un reloj de pared que funciona por pilas. Nos
orienta mucho para saber en los momentos que, durante el trabajo, rezamos el
rosario o escuchamos una charla o, a las 12, las noticias.
Pero
el otro día se paró y andábamos un poco despistadas, porque teníamos que hacer
la intención de mirar el reloj de la muñeca.
Como
siempre pasa, cuando una cosa no funciona solemos dejar la reparación para
“luego”, y ese luego no llega... Pero por fin cogí una silla y le descolgué.
Mi
primera intención fue quitar la pila y pedir a la procuradora otra nueva. Pero
hice algo mejor: estuve tocando la pila y metiéndola varias veces y, ¡oh,
milagro, el reloj funcionaba!
Al
principio pensé: “Bueno, será por un momento...”, pero no, así ha seguido
funcionando hasta hoy...
En
la oración recordaba esta anécdota tan sencilla y vi claro que, esto que me
había sucedido, es lo mismo que nos pasa con Jesús:
Le
pedimos algo que nos es necesario y se lo contamos una y dos veces... pero nos
cansamos de pedir a Jesús, y encima le emplumamos nuestro cansancio y falta de
perseverancia: “Es que no me escucha; no quiere concedérmelo: seguro que ve que
no es importante... etc, etc”.
Y
la historia del reloj vino a darme la clave: ¿Y si me acerco tanto a Jesús que
le “descuelgo” de las alturas, le pongo a mi alcance, y lo “toco” y lo toco, le
doy vueltas a las “pilas” de una oración insistente...?
Lo
mismo que la mujer que tenía hemorragias y que pensó que, sólo con “tocar” el
manto de Jesús, se curaría... y así sucedió.
Y
veo que, hecho esto, el “reloj” de la atención de Jesús ya funciona, y no hoy
sólo y en este tema, sino en todo lo que se me ocurre que necesito y le pido...
Así,
hoy el reto del amor es que toques a Jesús con tu oración sin cansarte y le
pidas aquello que más estés necesitando para amar mejor y ser más feliz.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma
