Fondue
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hace
unos días nos regalaron una fondue para chocolate, y ayer, que estábamos de
cocina, decidimos estrenarla. Cuando miré la caja, vi que ponía claramente que
era para chocolate, pero nosotras la queríamos para queso; unas decían que sí
que valía, y otras que no.
Fui
a las instrucciones y leí que valía para las dos cosas, así que nos decidimos
por el queso.
Enchufamos
la fondue, pusimos la temperatura al máximo (o sea, al dos) y le pusimos el
queso. Sí, era queso de fundir, pero a los 15 minutos seguía sin derretirse. Le
dábamos vueltas y vueltas, pero nada.
Volví
a la caja para leer bien las instrucciones. Ahí ponía que servía para chocolate
y para “mantener calientes las salsas”.
¡Uffff!
Al empezar con el queso, iba tan en lo mío que no leí que no era para “hacer”
salsas sino sólo para “mantener calientes”, por eso era imposible que el queso
se derritiese.
Me
senté a pensar una solución.
“Este
aparato me va a mantener el queso derretido... por lo tanto, yo tengo que
derretirlo”.
Me
fui al microondas a derretir el queso y, acto seguido, lo vertí sobre la
fondue. Ahora ya estaba todo en su sitio, cada cosa se estaba usando para lo
que era.
Después
me di cuenta de cómo el querer hacer una cosa a mi manera me cerró a ver lo que
realmente tenía delante y querer apañar todo para mi objetivo. Pero nada
funcionaba, porque todo estaba fuera de lugar.
Jesús
nos muestra siempre la letra pequeña de las instrucciones. En Él entendemos
todo, y damos buen uso a cada cosa, a cada acontecimiento. Con Jesús descubres
que todo tiene solución, que Él siempre te da un plan B: siempre tiene un
microondas a mano para derretir aquello con lo que tú no puedes. Sólo necesita
que te sientes con Él, y le compartas ese problema que tienes y del que no ves
solución. Cristo sólo te pide que lo dejes en Sus manos y confíes.
Hoy
el reto del amor es mirar con la mirada de Jesús ese problema que tienes; ése
que parece que no hay manera de que se derrita. Pídele a Jesús que te muestre
el camino. Al ir al trabajo, o cuando salgas, o en tu café, entra en una
iglesia que veas abierta y habla de tu problema con Jesús durante cinco
minutos. Él te mostrará el camino.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma