El corazón de los abuelos,
libre de resentimientos pasados y de egoísmos presentes, tiene un atractivo
especial para los jóvenes, que esperan encontrar en ellos un apoyo firme en su
fe y sentido para su vida
“¡Qué
importantes son los abuelos en la vida de la familia, para comunicar el
patrimonio de humanidad y de fe esencial para toda sociedad!”, es el tweet del
Papa Francisco en el día en el que la Iglesia católica celebra la fiesta
litúrgica de los padres de la Santísima Virgen María y abuelos de Jesús, San
Joaquín y Santa Ana.
Ambos
santos, llamados también, patronos de los abuelos, fueron personas de profunda
fe y confianza en Dios, de ellos, el Papa Francisco habló en diferentes
ocasiones, de modo particular, el Santo Padre dedicó algunas de sus catequesis
(Audiencia General del 4 de marzo y 11
de marzo de 2015) en el marco de sus reflexiones sobre la familia. En su
catequesis de la Audiencia General del segundo miércoles de marzo de 2015, el
Pontífice resaltó la importancia que tienen los abuelos en la familia y la
sociedad.
En
esa catequesis, el Obispo de Roma comentando el Evangelio de San Lucas
que nos habla de los ancianos Simeón y Ana, quienes esperaban la
venida del Mesías; el Pontífice afirmó que, al reconocer al Mesías, ellos
recibieron nuevas fuerzas para bendecir a Dios con un hermoso cántico de
alabanza. En este sentido, dijo el Papa, “los abuelos del tiempo actual están
llamados a formar un coro permanente en el gran santuario espiritual de nuestro
mundo, acompañando con su oración y testimonio a quienes luchan en la vida”.
Resumen de la
catequesis del Papa Francisco para los fieles de nuestro idioma:
Queridos
hermanos y hermanas:
La
catequesis de hoy está centrada en la importancia que los abuelos tienen en la
familia y en la sociedad.
Ciertamente,
se trata de una etapa especial de la vida y, hasta cierto punto, novedosa, también
para la espiritualidad cristiana. Pero el Señor nos llama a seguirlo en todos
los momentos y circunstancias. Las personas mayores también tienen una misión
que cumplir y una gracia especial para llevarla a cabo.
El
Evangelio de Lucas nos habla de los ancianos Simeón y Ana, que estaban en el
Templo de Jerusalén, siempre atentos en espera de la venida del Mesías. Y,
cuando lo reconocieron en el Niño Jesús, recibieron nuevas fuerzas para
bendecir a Dios con un hermoso cántico de alabanza y anunciar la liberación a
todo el pueblo.
Como
ellos, los abuelos de hoy están llamados a formar un coro permanente en el gran
santuario espiritual de nuestro mundo, a sostener con su oración e infundir
ánimo con su testimonio a cuantos luchan en el campo de la vida. La plegaria de
los mayores es un gran don para la Iglesia; y sus palabras, una inyección de
sabiduría para la sociedad, muchas veces ocupada en mil cosas y distraída de lo
esencial.
El
corazón de los abuelos, libre de resentimientos pasados y de egoísmos presentes,
tiene un atractivo especial para los jóvenes, que esperan encontrar en ellos un
apoyo firme en su fe y sentido para su vida.
Renato
Martínez
Radio
Vaticano