FORMAS CONSAGRADAS COMO RECIÉN HECHAS… DESDE 1936

En la Guerra Civil, Moraleja de Enmedio, Comunidad de Madrid, «protegió al Señor en la Eucaristía y Él les protegió a ellos»

Esto dio lugar a un milagro eucarístico en el que 16 hostias se han conservado incorruptas y con buen sabor desde entonces, a pesar de la guerra, la humedad y los traslados. El obispo de la diócesis de Getafe, monseñor Joaquín María López de Andújar, presidirá el domingo 16 de julio, festividad de la Virgen del Carmen, la conmemoración del 81º aniversario del prodigio que las ha mantenido incorruptas

Julio de 1936. Al estallar la Guerra Civil, el alcalde de Moraleja de Enmedio, «que era comunista, avisó al cura, y a unos pastores para que se lo llevaran disfrazado al monte». Antes de irse, el sacerdote «encomendó a las Marías de los Sagrarios que protegieran un copón, en el que quedaban algunas formas consagradas. Se lo llevaron a una casa, y por turnos iban haciendo adoración». 

Un tiempo después, hubo que evacuar el pueblo. «Se les ocurrió enterrar el copón en la bodega de la familia de Eduardo Morales», donde estuvo varios meses. Al desenterrarlo, «había perdido toda la plata. Pero las formas estaban en perfecto estado», a pesar de la humedad. «Lo volvieron a esconder en una viga de la misma bodega», hasta que se restauró la iglesia, que había sido destruida, y pudieron llevarlo de vuelta.

Esta es la historia que escuchó hace unos años el padre Jesús Parra, párroco de Moraleja, al preguntar por un pequeño copón lacrado que estaba en el sagrario. El pueblo ha guardado la memoria de este prodigio eucarístico que, aunque aún no está reconocido oficialmente, «ellos llaman siempre milagro».

Testimonios que certifican el milagro

Solo hace unos años el arcipreste, Fernando Gallego, y luego el párroco, empezaron a recabar documentación para lograr que se reconozca como tal. Cuentan, el testimonio de tres obispos –Leopoldo Eijo y Garay, Francisco Fernández Golfín y Joaquín María López de Andújar– que, en distintos momentos, han certificado que las formas mantienen la misma textura y sabor que si estuvieran recién hechas.

Están también las gracias atribuidas a las formas, sobre todo desde que se les empezó a dar culto público, en un copón transparente, tras la visita de monseñor López de Andújar en noviembre de 2013. «Se han dado hechos milagrosos, como la salvación de un bebé prematuro que tuvo que ser operado dentro de una incubadora y la de una niña que iba a nacer sin extremidades y llegó a la vida perfectamente», explica el párroco. La última curación inexplicable corresponde, presuntamente a un caso de cáncer. Se produjo en abril, y la parroquia está reuniendo la documentación para incluirla en la petición de que se reconozca el milagro.

«Los habitantes de Moraleja creen fervientemente que, al haber protegido las formas durante la guerra, el Señor les ha amparado durante su vida, y hay ya varios acontecimientos que lo demuestran. Uno de ellos ocurrió en el año 1936, cuando dos bombas cayeron a los lados del pueblo y ninguna de las dos, inexplicablemente, explotó», concluye el párroco.

Fuente: Alfa y Omega