También confesarse es un paso en el camino hacia el encuentro con el Señor
El Pueblo
de Dios está siempre en camino para profundizar la fe. Lo subrayó el Santo
Padre en su homilía de la Misa matutina celebrada ayer en
la capilla de la Casa de Santa Marta. El Papa centró su
reflexión en la Primera Lectura, tomada de los Hechos de los
Apóstoles, en que San Pablo habla de la historia de la Salvación hasta Jesús.
Entre gracia y pecado, la
Iglesia va adelante
El Papa
Bergoglio observó además que Jesús “nos ha dejado al Espíritu”. Y
precisamente el Espíritu Santo “nos hacer recordar, nos hace comprender el
mensaje de Jesús: comienza un segundo camino”. Y reafirmó que la Iglesia “va
adelante así, con tantos santos y tantos pecadores; entre gracia
y pecado, la Iglesia va adelante”.
En un tiempo la esclavitud
y la pena de muerte se aceptaban, hoy son pecado mortal
Este
camino – afirmó el Pontífice – es “para comprender, para profundizar
acerca de la persona de Jesús, para profundizar la fe” y también para
“comprender la moral, los Mandamientos”. Y una cosa que “en un tiempo parecía
normal, que no era pecado, hoy es pecado mortal”:
“Pensemos
en la esclavitud: cuando íbamos a la escuela nos contaban lo que hacían con los
esclavos, los trasladaban de un lugar, los vendían en otro, en América
Latina se vendían, se compraban… Es pecado mortal. Hoy decimos esto.
Allí se decía: ‘No’. Es más, algunos decían que se podía hacer esto, ¡porque
esta gente no tenía alma! Pero se tenía que ir adelante para entender mejor la
fe, para entender mejor la moral. ‘Ah, Padre, ¡gracias a Dios que hoy no hay
esclavos!’. ¡Hay más!... pero al menos sabemos que es pecado mortal. Hemos ido
adelante: lo mismo con la pena de muerte que era normal un tiempo. Y hoy
decimos que es inadmisible la pena de muerte”.
El pueblo de Dios está
siempre en camino y así profundiza la fe y la moral
Francisco dijo
que lo mismo vale para “las guerras de religión”. En medio de este “aclarar la
fe”, “aclarar la moral” – prosiguió – “están los santos, los santos que
todos conocemos y los santos escondidos”. Y comentó que la Iglesia “está
llena de santos escondidos” y “esta santidad es la que nos lleva adelante, hacia
la segunda plenitud de los tiempos, cuando el Señor vendrá, al final,
para ser todo en todos”.
De este modo, por lo
tanto, “el Señor Dios quiso hacerse conocer por su pueblo: en camino”
“El
pueblo de Dios está en camino. Siempre. Cuando el pueblo de Dios se
detiene, se vuelve prisionero en un establo, como un pollino, allí: no
entiende, no va adelante, no profundiza la fe, el amor, no purifica el alma.
Pero hay otra plenitud de los tiempos, la tercera. La nuestra. Cada uno de
nosotros está en camino hacia la plenitud del propio tiempo. Cada uno de
nosotros llegará al momento del tiempo pleno y la vida terminara y deberá
encontrar al Señor. Y este es nuestro momento. Personal. Que nosotros
vivimos en el segundo camino, la segunda plenitud del tiempo del
pueblo de Dios. Cada uno de nosotros está en camino. Pensemos en esto: los
Apóstoles, los predicadores, los primeros, tenían necesidad de hacer comprender
que Dios ha amado, ha elegido, ha amado a su pueblo en camino, siempre”.
“Jesús –
destacó el Obispo de Roma – ha enviado al Espíritu Santo para
que nosotros podamos estar en camino” y es precisamente “el Espíritu quien
nos impulsa a caminar: ésta es la gran obra de misericordia de Dios” y
“cada uno de nosotros está en camino hacia la plenitud personal de los
tiempos”.
También confesarse es un
paso en el camino hacia el encuentro con el Señor
E
invitó a preguntarnos, cuando nos confesamos, si además de la vergüenza por
nuestros pecados, comprendemos que “aquel paso que doy es un paso en el camino
hacia la plenitud de los tiempos”. “Pedir perdón a Dios – advirtió el Papa
Bergoglio al concluir – no es una cosa automática”:
“Es
comprender que estoy en camino, en un pueblo en camino y que un día – quizás
hoy, mañana o dentro de treinta años – me encontrará cara a cara con
aquel Señor que jamás nos deja solos, sino que nos acompaña
en el camino. Piensen esto: cuando yo voy a confesarme, ¿pienso en estas cosas?
¿Qué estoy en camino? ¿Qué es un paso hacia el encuentro con el Señor,
hacia mi plenitud de los tiempos? Y ésta es la gran obra de
misericordia de Dios”.
María
Fernanda Bernasconi
Radio Vaticano