La causa de beatificación
está encabezada por el deán José Álvarez-Benavides y de la Torre y 114
compañeros mártires: 95 sacerdotes, 20 laicos y 2 mujeres, entre ellas, por
primera vez, una mujer mártir de etnia gitana
El
próximo 25 de marzo el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la
Congregación para las Causas de los Santos, beatificará en Almería (España) a
115 mártires de la persecución religiosa que tuvo lugar durante la Guerra Civil
Española.
El
Papa Francisco autorizó esta beatificación el 14 de junio de 2016, y ahora se
ha publicado desde la diócesis española la fecha de la beatificación.
Estos
testigos de la fe fueron martirizados entre julio de 1936 y enero de 1939.
Mons.
Adolfo González Montes, Obispo de Almería, destacó la figura de Emilia
Fernández Rodríguez, conocida como “la canastera de Tíjola”, que será la
primera mujer mártir gitana.
Tenía
24 años, era analfabeta, se dedicaba a hacer y vender canastos de mimbre.
La
localidad de Tíjola, Almería (España) era zona republicana y se cerró la iglesia. Los milicianos
entraron en el pueblo buscando hombres para que se alistaran forzados a la
guerra y reclutaron a su esposo, Juan Cortés. Intentan evitar que vaya a la
guerra pero les descubren y ambos son enviados a la cárcel.
A
pesar de que Emilia estaba embarazada no tuvieron consideración con ella, por
lo que le daban la misma ración de comida que a las demás reclusas que siempre
era insuficiente. La joven, según relata un informe del periódico El Mundo,
comienza a trabar amistad con Dolores del Olmo.
Después
de algún tiempo, Emilia pidió a Dolores que la enseñara a rezar y hacer la
señal de la cruz,
memorizó el Padrenuestro, el Avemaría y el Gloria, y en las letanías del rosario en latín repetía “Ora
pro nobis”.
La
directora de la cárcel, Pilar Salmerón, supo que Emilia había comenzado a rezar
y quiso que delatara a su catequista, le ofrecieron dejarla libre si delataba a
la catequista que le había enseñado a rezar el rosario. Sin embargo, Emilia no
quiso traicionar a quien le enseñó la fe y fue castigada en una celda de
aislamiento.
Dio
a luz en la cárcel y su catequista bautizó a la pequeña con el nombre de
Ángeles, Emilia murió, agarrando su rosario, pocos días después al no ser
atendida. La Iglesia considera que fue mártir porque fue castigada dejándola
morir, habiendo podido ser liberada si renegaba de su fe y si traicionaba a
quien le enseñó a rezar.
Fue
enterrada en una fosa común en el cementerio de Almería.
Emilia
Fernández será la primera mujer de etnia gitana que será beatificada, mientras
que Ceferino Giménez Malla, conocido como “El Pelé”, fue el primer hombre de
etnia gitana mártir.
“El
Pelé” era comerciante de caballos, pertenecía a la Tercera Orden de San
Francisco, fue arrestado durante la Guerra Civil Española por defender a un
sacerdote al que estaban golpeando unos milicianos.
Fue
condenado a muerte por ello, le ofrecieron dejarlo en libertad si abandonaba su
fe y el rosario, a lo que se negó y fue fusilado con el rosario en la mano
mientras gritaba “Viva Cristo Rey”.
Fue beatificado por San Juan
Pablo II en el 4 de mayo de 1997.
Entre
los mártires que serán beatificados el próximo 25 de marzo, también se
encuentran 3 sacerdotes de las Escuelas del Avemaría, escuelas de Granada
destinadas especialmente para la enseñanza de niños de etnia gitana y que
posteriormente se extendieron por todo el mundo.
También
hay 20 sacerdotes diocesanos de Granada, ya que en esa época la diócesis de
Almería formaba parte de la Archidiócesis granadina. En algunas de las
parroquias de Granada están los restos que pudieron recuperarse de estos
sacerdotes.
Según
recoge Europa Press, el Obispo de Almería declaró que estos mártires “no
empuñaron armas y no eran de ninguno de los dos bandos en contienda”, por lo
que “murieron en razón de la fe que profesaban”.
El
Prelado insistió que “un mártir es aquel a quien se le arrebata la vida en razón de su fe, no de su
militancia política”.
La
ceremonia de beatificación de los 115 nuevos mártires tendrá lugar a las 11 de
la mañana el próximo sábado 25 de marzo en el Palacio de Congresos de Aguadulce
de Almería.
Por Blanca Ruiz
Fuente:
ACI Prensa