¿Qué
puede enseñarnos sobre matrimonio un sacerdote que no puede casarse? ¡Mucho!
Desde que empecé el curso
prematrimonial me he preguntado a menudo por qué mi sacerdote es tan bueno para
dar consejos sobre las relaciones si no puede casarse o salir con una mujer.
¿Es a causa de su gran conocimiento teológico? ¿De la experiencia que deriva
del hablar con parejas insatisfechas? ¿Podría ser una intervención divina?
Cualquiera que sea la razón, su
habilidad para aconsejarme a mí y a mi prometida en situaciones estresantes
sobre el hecho de ser novios ha sido realmente una bendición.
Muchos amigos y muchas parejas con
quien he hablado son aprehensivas o desinteresadas en relación al curso
prematrimonial. Algunos lo hacen sólo para poder casarse en la iglesia de
su infancia, otros están obligados a ir por la pareja. Independientemente del
motivo, la perspectiva negativa les impide valerse de toda la riqueza que un
curso prematrimonial puede ofrecer.
Mi prometida y yo fuimos muy
proactivos en nuestra preparación al matrimonio. Desde el día en que nos
comprometimos, nuestra filosofía era el compromiso de emplear para la
preparación al matrimonio el mismo tiempo que empleáramos en planearlo, lo que
significa obviamente mucho.
Leímos innumerables artículos y
libros. Dicho esto, puedo decir con confianza que no estamos lejos de
estar listos para el matrimonio gracias a algunas cosas fundamentales que
aprendimos durante el curso prematrimonial.
- La planificación familiar es
una responsabilidad compartida
La planificación de la familia es el
argumento del curso prematrimonial que prefiero. Mi asombro, considerando cuán
increíble es el proceso de fertilidad para las mujeres, sorprendió un poco a mi
prometida, pero estaba extremamente interesado en todos los beneficios
derivados del uso de la Planificación Familiar Natural (PFN).
Entiendo que la mayor parte de las
mujeres y hombres pueda no compartir mi entusiasmo por este tema, pero la PFN
es no sólo el único método aprobado por la Iglesia católica para distanciar
los embarazos, si se aplica correctamente, sino también una manera de aumentar la intimidad en el matrimonio
animando a las personas a comprender el proceso de creación de una nueva vida
juntos.
Durante nuestra introducción a la
PFN en el curso prematrimonial, el sacerdote dijo: “Siempre habrá un motivo por
el cual no se sentirán listos para tener hijos, pero de todos modos no deberían
esperar”. Esta afirmación nos sorprendió mucho. Es probable que nunca piensen
que tienen el tiempo, dinero o espacio suficientes, en casa para tener hijos, y
entonces ¿para qué esperar?
Parte de lo que hace un buen
matrimonio es unirse y adaptarse a distintos compromisos y responsabilidades
compartidas, y no hay compromiso o responsabilidad mayor que tener un hijo juntos.
- No somos nuestros padres
La consciencia y los consejos más
importantes que hemos recibido mi prometida y yo de nuestro sacerdote durante
el curso prematrimonial tienen que ver con la gestión de algunas cuestiones
relacionadas con nuestras familias de origen.
Cada pareja tiene problemáticas que
derivan del modo en que los cónyuges han crecido. También nuestros padres
tuvieron sus dificultades matrimoniales, pero las de los padres de mi prometida
fueron particularmente complicadas durante nuestro noviazgo, lo que volvió la
planeación de nuestro matrimonio un poco más complicada para ambos.
El curso prematrimonial me dio la
oportunidad de hablar ampliamente con el sacerdote sobre cómo gestionar mejor
algunas de las cuestiones que surgían. Fue muy bueno recordarnos qué
es lo más importante y que las dificultades de nuestros padres no presagien las
nuestras. Gracias a él hemos comenzado a considerar benéfico el hecho de ver
pelear a veces a nuestros papás, porque nos acerca y nos vuelve más confiados
en nuestra decisión de casarnos.
Mi prometida y yo no estamos solos.
Las familias de origen tienen un impacto en cualquier pareja,
independientemente de cuán perfectos puedan parecer los padres de alguien. Es
por eso que es tan importante recibir consejos de un sacerdote al respecto.
- Los hombres deben jugar un
papel de liderazgo en la fe de su familia
A día de hoy, el matrimonio y la fe
católica están constantemente bajo ataque, y por lo tanto no nos sorprendió que
uno de los temas fundamentales del curso prematrimonial fuera cómo
mantener la fe en la familia.
Conocíamos ya la mayor parte de las
cosas que se hablaron, como la importancia de tener un espacio en casa
dedicado específicamente a la oración o el hecho de asegurarse de ir a la
iglesia con los hijos el domingo. Otros aspectos relacionados con cómo
mantener la fe en la familia resultaron inesperados.
Quizá la cuestión más importante fue la
constatación que el papá tiene un impacto decisivo en el hecho que los
hijos practiquen la fe o no de adultos. Es por eso que es
particularmente importante que los hombres no encuentren excusas para saltarse
la misa, y por eso deberían ser a menudo el guía de la oración antes de
las comidas.
Tomar conciencia de eso nos ha
ayudado mucho a mí y a mi novia.
Antes, cuando rezábamos juntos, un
punto de contienda era quién debía dirigir la oración. Ella me empujaba a
menudo a guiarla, y yo en cambio protestaba. Después del curso prematrimonial,
sin embargo, mi estar a la defensiva ya no parecía muy razonable. Ahora estoy
más dispuesto a guiar la oración, aunque a veces me siento un poco avergonzado,
porque quiero que también nuestros futuros hijos tengan una buena relación con
Dios.
Todos estos consejos deben
escucharlos también las otras parejas. He compartido algún aspecto que aprendí
y que me impactó más, pero confío en que otras parejas tengan otros consejos
que ofrecer.
ANDREW MENTOCK
ALETEIA FOR HER