¿POR QUÉ ES MEJOR TENER UN HIJO QUE LA MENTALIDAD “CHILDFREE”?

Es una de las decisiones más importantes y nunca se debe tomar a la ligera, ni por presión, ni por moda, ni por interés, sólo por amor

Lo que antes era un anhelo de los recién casados, hoy ya no es su prioridad; nacen así los denominados ‘childfree‘ o ‘dinks’ (‘double income, no kids’ que se traduce a: doble ingreso, no niños) son parejas de nivel socio económico medio-alto, que han decidido como proyecto de vida no tener hijos e invertir sus ingresos en ellos mismos.

A esta realidad se refirió el Papa Francisco: “Esta cultura del bienestar de hace diez años nos ha convencido: ‘¡Es mejor no tener hijos! ¡Es mejor! Así puedes ir de vacaciones, a conocer el mundo, puedes tener una casa en el campo… Estás tranquilo’. Pero quizá sea mejor, más cómodo, tener un perrito, dos gatos, y el amor va a los dos gatos y al perrito. Y al final este matrimonio llega a la vejez en la soledad”.

Tener hijos es una de las decisiones más cruciales, y no es para menos, está en juego una nueva vida, que ha de ser un proyecto educativo por varios años. Es una gran responsabilidad, que si bien, siempre se ha reconocido así, ahora algunos matrimonios prefieren dejarla de asumir, ¿por qué? Egoísmo, egocentrismo, comodidad, materialismo, pueden ser algunas de las razones.

Lo cierto es que no nos detendremos en las causas, sino que desde LaFamilia.info nos ocuparemos en destacar las bondades de tener hijos.

Tener hijos es una de las decisiones más importantes de la vida y en ningún caso se debe tomar a la ligera, ni por presión, ni por moda, ni por intereses particulares; sólo hay una razón para traer un hijo al mundo: el amor. Amor que nace en un hombre y una mujer cuando se unen en el matrimonio.

Las siguientes son algunas bondades:

Los hijos le dan sentido a la vida, se convierten en el motor, en la razón para levantarse cada día, luchar por lo que se quiere y salir adelante sin importar las circunstancias.

Los hijos son la luz de los hogares, llegan a las familias a alegrarles la vida, a enseñarles cómo se debe vivir y cómo se debe amar.

Los hijos hacen mejores personas a sus padres. Los niños son la mejor escuela de humanidad para los adultos.

Los hijos evitan la rutina en la relación conyugal. La convivencia se hace más grata, le dan felicidad a la pareja, mantienen vivo el amor entre los esposos, los hijos son la esperanza del matrimonio.

Los hijos son una motivación permanente en la construcción de la relación de pareja.

Los hijos fortalecen la unión matrimonial, en el sentido que trabajan unidos por un proyecto de vida, donde los hijos son pieza fundamental para el desarrollo del mismo.

Los hijos despiertan un amor nuevo y verdadero. La mayoría de los padres aseguran sentir que el amor por un hijo es incomparable y creen que es el verdadero amor.

Los hijos hacen abuelos a sus padres. Los nietos son uno de los mayores regalos de la vida.

Los hijos son el soporte en la vejez. Los hijos son las únicas personas que estarán ahí para la vejez, es una de las situaciones más bellas, pues en esos momentos la familia cobra su razón de ser.

Podrían ser muchas más y seguramente detrás de cada hijo hay una historia, y más que una historia, una misión por la cual ha llegado a este mundo.

Una reflexión final del autor Aníbal Cuevas: “Una sociedad con niños es más alegre, esperanzada, creativa, generosa, por una sencilla razón: tiene futuro. Y cuando hay futuro hay esperanza y razones para vivir. (…) No deja de ser cierto que existen situaciones de injusticia, explotación y verdaderos dramas; sin embargo creo que esto no justifica la negación del bien que supone que haya niños. Más bien ellos son un acicate para que los adultos hagamos un mundo mejor.” (En su artículo “Faltan niños”).

Artículo originalmente publicado por lafamilia.info


Fuente: Aleteia