Capacidad relativa
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que
pases un feliz día.
Tenía un papel sucio en la mano, el típico borrador
que ya no sirve. Lo hice una bolita y caminé decidida hacia la papelera.
El cubo de la basura escondido dentro de un armario,
por lo que no se sabe su estado hasta que abres la puerta. Es justo en ese
instante cuando descubres que la papelera está a tope.
"Luego la vacío...", la firme promesa de
consuelo mientras intentaba colocar la bola de papel de forma que no se cayese.
Y así, el propósito se ha ido repitiendo un millón de
veces, mientras la papelera se seguía llenando, desafiando a las leyes de la
gravedad....
Ayer la montaña ya era exagerada, así que no pude
dejarlo para después. Pensé que tendría que utilizar dos bolsas, pero, al sacar
la que había en el cubo... ¡todos los papeles cabían dentro! Resulta que la
bolsa se había arrugado en el fondo. Al final, ¡hasta me sobraba sitio!
Esto me ha hecho pensar... ¡que así es el Señor! En su
Iglesia hay espacio para todos y, desde luego, siempre hay sitio para uno más.
Últimamente me resuenan mucho las palabras de Jesús: «Amaos los unos a los
otros como yo os he amado». Creo que para Él, la mayor felicidad es vernos
unidos, sin que dejemos a nadie fuera. "Por ése también he dado mi
Sangre", nos diría el Señor.
Cada persona que tienes a tu alrededor es
infinitamente valiosa a los ojos de Cristo, y, por ello, merece tu amor. Pero
Cristo sabe que a veces nuestro corazón se queda ligeramente colapsado... ¡por
eso quiere ser Él quien ame a través de ti, para ensanchar tu corazón como hizo
con la bolsa!
Hoy el reto del amor es que los demás sientan que
caben en tu espacio. Pídele a Cristo el don de la disponibilidad, y hoy
responde con alegría a quien se acerque a pedirte ayuda. ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma