El amor nos hace bellos
Hola, buenos días, hoy sor Inés nos lleva al Señor.
Que pases un feliz día.
Hoy celebramos la Fiesta de la Virgen del Rosario.
Como sacristana, la he estado vistiendo y preparando las andas para la procesión.
A mí esta imagen me parece bonita, incluso guapa, pero
algunas monjas dicen que... ¡qué fea es! Que si tiene cara de lechuguino, que
los ojos saltones, que las manos desproporcionadas, que da miedo...
Mucho tiempo me he rebelado, me enfadaba, quería
luchar y razonar su belleza: "Es la Virgen”, “Os condicionáis”, “Sois
exageradas”… pero nada. No las convenzo.
Sin embargo, para mí es la Virgen del Rosario, la de
mi pueblo, la de mis monjas, la de mi colegio... Mi familia eran cofrades, mi
padre llevaba las andas en la procesión, yo acudía con mis abuelos... ese
ambiente tan especial, con el nebuloso atardecer de octubre, todos juntos
alrededor de la Virgen... A mis 18 años, yo también me hice cofrade, y, pocos
años después, entré en este Monasterio, la casa de la Madre se convirtió en mi
casa, y el Señor me regaló ser una de las monjas del Rosario...
¿Cómo no tener cariño a esta Virgen?
Poco a poco, vista la insistencia de las demás monjas
en que no es guapa, orando ante el Sagrario, el Señor me ha regalado
entenderlo: en realidad, ¡¡es el amor el que nos hace bellos!! Al mirar nuestro
entorno, nos brotan las resonancias que tenemos dentro, y nuestros buenos
recuerdos e historias agradables, el cariño que llevamos dentro, da un tono
diferente a la realidad. ¡El amor hace bella la vida!
Así sucede con María y con Cristo: Ellos ven mucho más
allá de nuestra apariencia externa, de lo que los demás piensan o de lo que
nosotros mismos pensamos. Al vernos, ¡brotan en ellos un torrente de amor y de
cariño infinito! ¡Somos realmente bellos a sus ojos!
Hoy el reto del amor es poner en el Corazón de María,
la Virgen del Rosario, nuestro Misterio personal y el de las personas que nos
rodean, y así poder hoy vivir de Cristo. Feliz día a todos, de modo especial a
los dominicos y dominicas.
VIVE DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma