La devoción fue
específicamente solicitada por la Santísima Virgen María en Fátima
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Dominio público |
“Arrepentíos y creed en el Evangelio” (Mc. 1-15): éstas son las primeras palabras del Mesías dirigidas a la humanidad. Y el mensaje de Fátima, en su núcleo fundamental, es la vocación a la conversión y a la penitencia, como en el Evangelio. —Papa San Juan Pablo II
Una práctica reciente en la Iglesia que
es poco conocida, y a menudo confundida con las devociones de los Primeros Viernes, consiste en la
observación de los cinco Primeros Sábados consecutivos como preparación para
Nuestra Señora. Es una devoción separada fruto de la petición específica de la
Santa Virgen María en relación a los preocupantes tiempos en que vivimos.
Conectada con las visiones de Nuestra Señora de Fátima, en Portugal, el tema
central de la devoción es el arrepentimiento, la conversión y la reparación.
Como ayuda para comprender mejor esta
“nueva” devoción en la vida de la Iglesia, aquí hay cinco cosas que es
necesario saber.
1. ¿Cómo empezó la Devoción de
los Primeros Sábados?
Durante
siglos de tradición, los sábados se han dedicado a honrar a la Santísima Virgen
María, pero no fue hasta 1925 que la devoción del Primer Sábado fue revelada.
El 10 de diciembre de 1925, la Virgen María se apareció a sor Lucía en un
convento en Pontevedra, España. Previamente, la hermana Lucía había sido receptora
de las visiones marianas en Fátima, Portugal, junto con sus primos Jacinta y
Francisco. En esta nueva y privada revelación, ocho años después de las
visiones en Fátima, la Virgen solicitaba la institución de las devociones de
los cinco Primeros Sábados consecutivos para la reparación de su Inmaculado
Corazón.
2. ¿Por qué cinco meses
consecutivos?
Los
cinco meses se corresponden con las cinco blasfemias diferentes dirigidas
contra el Inmaculado Corazón de María, y así las reveló Nuestra Señora a sor
Lucía:
1.)
Blasfemias contra su Inmaculada Concepción.
2.)
Blasfemias contra su perpetua virginidad.
3.)
Blasfemias contra su posición como Madre de Dios y de toda la humanidad.
4.)
Blasfemias de los que procuran públicamente infundir en los corazones de los
niños la indiferencia, el desprecio y hasta el odio hacia la Madre Inmaculada.
5.)
Blasfemias de los que la ultrajan directamente en sus sagradas imágenes.
3.
¿Qué se supone que tengo que hacer los Primeros
Sábados?
Ir
a misa y recibir la Sagrada Comunión con la intención de hacer reparación por
las blasfemias y la ingratitud dirigidas contra el Inmaculado Corazón de María.
Ir a confesión también es un requisito de esta devoción, junto con el rezo de
cinco decenas del rosario y la meditación sobre los misterios (uno o todos) del
rosario durante 15 minutos.
4.
¿Cuáles son las “promesas” conectadas con esta
devoción?
Nuestra
Señora dijo a sor Lucía: “Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los
hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al
menos, procura consolarme y di que a todos los que durante cinco meses, en el
primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el rosario y me
hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del rosario con el
fin de desagraviarme les prometo asistir en la hora de la muerte con las
gracias necesarias para su salvación”.
Esto
quiere decir que cualquiera que ponga en práctica esta devoción con fe recibirá
gracias adicionales en el momento de su muerte, con la promesa de alcanzar las
puertas del paraíso.
5. ¿Son los Primeros Sábados
sólo otro “pasaje directo” al cielo?
Como
en el caso similar de la devoción del Primer Viernes, no se trata simplemente
de ir a misa durante cinco meses y luego esperar a recibir gracias extras en la
hora de la muerte. El propósito de esta devoción es guiar al alma más cerca de
Jesús a través del Inmaculado Corazón de María. Cuanto más cerca de María, más
cerca de Jesús, su hijo. Al practicar estas devociones adicionales, permitimos
a María dar forma a nuestros corazones y prepararnos para toda una vida de
relación con Cristo.
María
quiere guiarnos hasta el paraíso y un camino seguro a la vida eterna es la
recepción frecuente de la Sagrada Comunión y del sacramento de la confesión.
Ella es la “Estrella del Mar”, que nos marca el camino y nos hace señas para
que nos acerquemos. Practiquemos las devociones de los Primeros Sábados con un
espíritu de fe que honre a la Madre de Dios y repare el daño contra su
Inmaculado Corazón.
Fuente:
Aleteia