Unas hipotéticas conversaciones no pueden estar sujetas a «condiciones previas de ningún tipo» y deben tener como fin «alcanzar una paz justa y duradera»
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Foto: X |
A pesar de que
aún no se sabe si Moscú aceptará el alto el fuego acordado la
semana pasada por Ucrania y Estados Unidos, la Santa Sede
espera que las partes lo aprovechen para «un diálogo sincero». Insiste en
ello un comunicado difundido este lunes por la Oficina de Prensa de la
Santa Sede sobre la conversación telefónica que mantuvieron el pasado
viernes el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin,
y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Este lunes se
ha sabido que el presidente estadounidense, Donald Trump, y el
ruso, Vladimir Putin, hablarán este próximo martes sobre el posible
alto el fuego. Así lo ha confirmado Trump al regresar a la Casa Blanca desde
Florida, donde pasa los fines de semana.
La nota vaticana dota de contenido a la escueta
confirmación del viernes sobre el intercambio entre Zelenski y Parolin, que se
difundió en respuesta a la información hecha pública por el propio Zelenski.
Ahora se abunda en que el diálogo giró en torno a «la iniciativa de alto el
fuego propuesta por los Estados Unidos, a la que se ha adherido
Ucrania».
A raíz de los
datos recibidos, la Santa Sede «espera que las partes implicadas aprovechen
la oportunidad para un diálogo sincero». Esto implica que «no [esté] sujeto
a condiciones previas de ningún tipo». Por otro lado,
cualquier iniciativa en este sentido debe tener como fin «alcanzar una
paz justa y duradera».
En la línea de
la diplomacia humanitaria que siempre ha promovido el Papa Francisco en el
conflicto ucraniano, asimismo se «anima a que se haga todo lo posible para
la liberación de los prisioneros». El comunicado asegura por otro
lado que «renueva su oración por la paz en Ucrania».
Trabas de
Moscú
El 14 de marzo,
Zelenski informó de su conversación con el cardenal Parolin. A través de un
largo mensaje en su cuenta de la red social X, afirmaba que el alto el fuego
«incondicional» de 30 días recientemente acordado, junto con «el intercambio de
prisioneros», «son los primeros pasos rápidos que nos podrían acercar
significativamente a una paz justa y duradera».
Kiev ha
aceptado la iniciativa «porque el pueblo ucraniano quiere la paz más
que nadie». Por el contrario, subrayaba que «mientras el mundo ve
cómo Rusia está poniendo deliberadamente condiciones que solo complican
y alargan el proceso». Lo atribuía a que «es la única parte que quiere
que la guerra continúe» y la diplomacia fracase.
El presidente
ucraniano agradecía los «esfuerzos» del Vaticano para
«facilitar el regreso de niños ucranianos deportados ilegalmente» a territorio
ruso. Y añadía que «la Santa Sede ha recibido una lista de ucranianos retenidos
en prisiones y campos rusos. Contamos con su apoyo para su puesta en libertad».
Por último,
deseaba una pronta recuperación al Santo Padre. Ante esta información, la Sala
Stampa solo respondió el viernes afirmando, en el parte sobre el
estado del Pontífice, que estaba «confirmada la llamada Parolin-Zelenski».
María Martínez López
Fuente: Alfa y Omega