El grupo religioso Hakuna Music Group vuelve a hacer `Sold Out´en el Wizink Center con un clima mágico donde las emociones estan a flor de piel
Concierto de Hakuna en el Wizink Center. Iranzu García. Dominio público |
Una
oración colectiva al ritmo de los acordes de Hakuna, porque como repiten muchos
«cuando se canta, se reza dos veces», así que eso es lo que han hecho miles de México, Venezuela, Bélgica y, prácticamente,
de todos los lugares de la geografía española.
«Hakuna es una forma de llevar a los jóvenes a Dios»,
cuenta una fan de este grupo y ha asegurado junto a sus amigas que si esto
pasa, que si tantos jóvenes se juntan a rezar «es por obra del Espíritu Santo».
«Están rompiendo barreras» asegura otra joven catequista que
también se contagia del espíritu de este grupo musical. Además, hace una
reflexión profunda sobre cómo este tipo de movimientos acerca a la gente joven
a la religión: «Mucha gente piensa que la religión es una forma de vida
tradicional y no es así. Es una manera de vivir y de ser, puedes salir con tus
amigos y pasártelo bien, pero eso no quita para que tengas fe», ha asegurado.
«No soy consciente de lo que va a pasar», asegura Moni una de las integrantes de Hakuna a
El Debate unos instantes antes de que dé comienzo el concierto. Para Almu, otra de las chicas del grupo,
que se hayan vendido todas las entradas significa que «hay
sed de Jesús, de Dios, y estar tantas personas cantando y rezando a la vez es
lo que mueve a tantas personas».
Dentro del backstage los nervios parece que no tienen cabida.
Entre los integrantes de Hakuna se respira armonía, emoción y mucha felicidad.
Aunque no es el primer concierto multitudinario que dan, cada vez que suben al
escenario «la experiencia es única», aseguran.
También lo es el ambiente que crean en los camerinos. Uno de los
lugares más especiales es la capilla. «En la capilla está el Santísimo expuesto
y durante el concierto hay turnos de adoración» cuenta Moni, además relata que
para ellos ese espacio es muy importante «porque le estamos cantando a Él y hay
una conexión con el escenario y el concierto».
Hakuna se ha convertido en una «familia», una forma de vida
fraternal que une a personas de todo el mundo. Por eso, muchos de ellos no
dudan ni un segundo en coger un avión desde cualquier lugar del mundo para
poder compartir este gran concierto -que es una oración en un canto colectivo-
con familiares, amigos o amistades que van surgiendo en este tipo de
encuentros.
«Venimos
un grupo super grande de México y
Venezuela para poder vivir este concierto todos juntos», cuentan tres
amigas. Algo que surgió después de un encuentro entre jóvenes de diferentes
países de Latinoamérica.
Aunque
no son los únicos, un grupo numeroso de Bélgica también
se ha subido a un avión para poder estar en Madrid esta noche: «Es un chute de energía venir a este concierto,
te recuerda cómo tiene que ser la vida: lo verdaderamente importante es amar».
Iranzu García Vergara
Fuente: El Debate