España sigue siendo el país con más desempleo de la Unión Europea y la OCDE, además de doblar el porcentaje de paro juvenil
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Pero las personas que en él se
incluyen no siempre han vivido esta situación. Es el caso de Antonio, que pasó
de tener un trabajo estable a terminar por vivir en la calle. Ahora le ayudan
los servicios sociales y recibe una paga para poder sobrevivir. No es el único.
Muchos otros han sufrido la inflación y la subida del precio de la energía que,
tal y como comentaba Carlos Susías, un trabajador de la Red Europea Contra
la Pobreza, "no afecta por igual a todas las
familias".
Ayudando solo pueden estar las
personas que tienen una determinada vocación como, por ejemplo, el invitado de
hoy en 'La Linterna'. El sacerdote Gonzalo
Ruipérez Aranda es el responsable de la parroquia San Juan de Dios en la Unidad
Vecinal de Absorción de Vallecas, una zona que realoja a las familias que lo
necesitan. Reconocía a Jorge Bustos que existen otras necesidades aparte de la
comida, como pueden ser los artículos de primera necesidad, los cuales "privan
de lo otro".
Durante la
pandemia, su centro llegó a repartir hasta 80 toneladas de productos al mes,
una cifra que, afortunadamente, "se ha visto reducida". Y es
que cada vez es menos la posibilidad que tienen de dar. En estos momentos se
sienten orgullosos al alcanzar los "20.000-25.000 kg al mes".
A
pesar de ello, son muchas las personas que allí acuden, lo que hace que cada
día sea "como una ola, a veces hay marea baja o marea alta",
relataba. Considera que este aumento puede deberse a "esas
necesidades que se han ido creando en estas sociedades modernas",
que también provoque cambios.
Ayudar a todos no podría ser
posible sin la ayuda de varios equipos, quienes ven a ciudadanos que antes
podían adquirir ciertos artículos y ahora no son capaces de llegar a fin de
mes. Esta situación hace que las "colas del hambre" crezcan,
aunque el prefiere denominarlas "de necesidad o esperanza", pues "hay gente que
sufre una necesidad peor que el hambre".
Ante esto, no queda más remedio que ayudar. Gonzalo ponía a
disposición de los oyentes su propio telefóno, además de animarles a que se
metan en la página web de su parroquia, donde pueden hacer cualquier tipo de
aportación, no solo de dinero, al que considera "el
menor de los bienes y el menor de los males". Es la recuperación de la dignidad de la persona lo que "puede
hacer posible que todo sea un milagro", finalizaba.
Fuente: ECCLESIA