El Papa Francisco instó hoy domingo 7 de julio a los católicos a compartir su fe en la esfera pública y a combatir la polarización política apoyando la democracia centrada en la persona.
![]() |
De aciprensa.com, dominio público |
Francisco participó en la última mañana de la 50ª Semana Social
de los Católicos, un encuentro anual de la Iglesia Católica en Italia destinado
a promover la doctrina social de la Iglesia. El tema del congreso del 3 al 7 de
julio fue "En el corazón de la democracia. Participar entre la historia y
el futuro".
En su discurso, el Papa habló fuertemente de la importancia de
la democracia, alentando la participación sobre el partidismo y advirtiendo que
las ideologías son "seductoras".
"Como católicos, en este horizonte, no podemos conformarnos
con una fe marginal, o privada", dijo el Papa ante unos 1.200 participantes
en la conferencia en el Centro de Convenciones Generali. “Esto significa no
tanto exigir ser escuchados, sino, sobre todo, tener la valentía de plantear
propuestas de justicia y de paz en el debate público”.
“Tenemos algo que decir, pero no para defender privilegios.
Debemos ser una voz que denuncia y propone en una sociedad a menudo sin voz y
en la que demasiados no tienen voz”.
“Esto es el amor político”, subrayó Francisco, y agregó que “es
una forma de caridad que permite a la política estar a la altura de sus
responsabilidades y alejarse de las polarizaciones, que empobrecen y no ayudan
a comprender y afrontar los desafíos”.
El congreso de la Semana Social de los Católicos se celebró en
Trieste, una ciudad portuaria situada en una estrecha franja de territorio
italiano en el extremo noreste del país, bordeada por el mar Adriático y
Eslovenia.
El Papa Francisco llegó a Trieste en helicóptero desde el
Vaticano en la madrugada del 7 de julio. Después de dirigirse a los
participantes del evento, provenientes de toda Italia, se reunió brevemente con
representantes de otras tradiciones cristianas y con un grupo de inmigrantes y
personas con discapacidad.
A continuación, el Papa celebró la Misa ante unos 8.500
católicos congregados en la plaza Unità d'Italia de Trieste, antes de volver a
subir a un helicóptero para regresar al Vaticano.
Al hablar de la visión cristiana de la democracia, el Pontífice
citó una nota pastoral de 1988 de los obispos italianos, que decía que la
democracia significa "dar sentido al compromiso de todos en la
transformación de la sociedad; prestar atención a las personas que quedan fuera
o al margen de los procesos y mecanismos económicos vencedores; dar espacio a
la solidaridad social en todas sus formas; apoyar el retorno de una solícita
ética del bien común [...]; dar sentido al desarrollo del país, entendido [...]
como mejora global de la calidad de vida, de la convivencia colectiva, de la
participación democrática, de la auténtica libertad”.
“Esta visión, enraizada en la Doctrina Social de la Iglesia”,
dijo el Papa Francisco, no sólo es válida “para el contexto italiano, sino que
representan una exhortación para toda la sociedad humana y el camino de todos
los pueblos”.
“De hecho, así como la crisis de la democracia es transversal a
las distintas realidades y naciones, del mismo modo la actitud de
responsabilidad ante las transformaciones sociales es una llamada dirigida a
todos los cristianos, dondequiera que se encuentren viviendo y trabajando, en
todas las partes del mundo”, añadió.
El Papa también subrayó la importancia de combatir la cultura
del descarte, como lo demuestra un poder autorreferencial "incapaz de
escuchar y servir a la gente".
Recordó la importancia de los principios de solidaridad y
subsidiariedad y condenó cierta actitud de "asistencialismo" que no
reconoce la dignidad de las personas, calificándola de "hipocresía
social".
"Todos deben sentirse parte de un proyecto comunitario;
nadie debe sentirse inútil", expresó.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI
Prensa. Publicado originalmente en CNA.
Por Hannah Brockhaus
Fuente: ACI