En un post en la red social X, con motivo de la cuarta Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos, que se celebra hoy, 28 de julio, Francisco invita a estar cerca de los que tienen una edad avanzada y a redescubrir su preciosa aportación «en la familia, en la sociedad y en la Iglesia».
Foto: Vatican News. Dominio público |
Celebrada
cada cuarto domingo de julio, cerca de la conmemoración litúrgica de los santos
Joaquín y Ana, que cae el 26 de ese mes, la Jornada Mundial de los Abuelos y de
las Personas Mayores fue instituida por Francisco en 2021. El lema de este año,
«En la vejez no me abandones», quiere poner de relieve cómo la soledad es, por
desgracia, la amarga compañera en la vida de tantos ancianos que, a menudo, son
víctimas de la cultura del descarte, se lee en la página web del Dicasterio
para los Laicos, la Familia y la Vida. Tomada del Salmo 71, es la invocación de
un anciano que recorre su historia de amistad con Dios, especialmente elegida
en este año de preparación al Jubileo que el Papa ha decidido dedicar a la
oración.
En su mensaje para
esta ocasión, el Santo Padre invita a visitar los ancianos y mayores de
nuestras familias, a los que están solos, desanimados y no esperan que un
futuro distinto sea posible. También pide mostrar nuestra ternura hacia ellos y
se refiere a la soledad como "amarga compañera de la vida de los que como
nosotros son mayores y abuelos". Asimismo, como ha comentado en varias
oportunidades de su Pontificado, recuerda las veces en que, siendo arzobispo de
Buenos Aires, acudía a las casas de ancianos. "Me di cuenta -dice- de las
pocas visitas que recibían esas personas; algunos no veían a sus seres queridos
desde hacía muchos meses".
Francisco
advierte que la contraposición entre las generaciones es un engaño y un fruto
envenenado de la cultura de la confrontación. "Poner a los jóvenes en
contra de los ancianos, asegura, es una manipulación inaceptable; está en juego
la unidad de las edades de la vida, es decir, el real punto de referencia para
la comprensión y el aprecio de la vida humana en su totalidad".
El
Pontífice dirige palabras de agradecimiento a las personas que, aun con muchos
sacrificios, se están ocupando de un anciano o sencillamente muestran cada día
su cercanía a parientes o conocidos que no tienen a nadie.
A su vez, el Sucesor de Pedro concede, a través de la Penitenciaría Apostólica que ha divulgado un decreto, la indulgencia plenaria en las condiciones establecidas por la Iglesia (confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Romano Pontífice) a los fieles que, movidos por un verdadero espíritu de penitencia y caridad, participarán en los diversos oficios en todo el mundo.
Igualmente,
aplica a los mayores enfermos, a sus cuidadores y a quienes no pudiendo salir
de casa por un motivo grave se unan espiritualmente a los sagrados servicios de
la Jornada Mundial, "ofreciendo al Dios Misericordioso sus oraciones,
dolores o sufrimientos de su vida, especialmente mientras se retransmitan las
diversas celebraciones a través de los medios de comunicación”
Tiziana Campisi y Sebastián
Sansón
Fuente: Vatican News