Los sacerdotes Jesús Silva, Patxi Bronchalo y Antonio María Domenech abordan cómo descubrir y discernir la llamada de Dios a una vocación, en el último capítulo de Red de Redes, la serie de catequesis para adultos de la ACdP
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Un sacerdote con la basílica de San Pedro de fondo |
Y en este caso, lo han hecho de un modo absolutamente
práctico, con 8 consejos concretos para «aplicar el entendimiento, la oración y
el acompañamiento espiritual para poder conocer, con el mayor grado de certeza
posible, la voluntad de Dios», en palabras de Silva.
1. Intenta no preferir. «Intenta no preferir, en principio,
ninguna de las alternativas que puedas estar discerniendo -explica el padre
Domenech-. Es decir, intenta que te dé igual una que otra» para lo cual es
necesario aplicar «la indiferencia ignaciana, que es reconocer que no es que te
dé igual, sino que aceptas lo que sea, sin decantarte solo por una, para
cumplir la voluntad de Dios».
2. Escuchar «la voz del ser». «Si Dios te llama a algo
–explica Jesús Silva–, es algo para lo que te ha capacitado, o algo para lo
que, por lo que eres en tu naturaleza, eres capaz de vivir. Por ejemplo, si yo
soy hombre, no me puede llamar a ser madre. O si soy mudo, no puedo ser
cantante a no ser que me cure. Escuchar la voz de lo que somos, de lo que soy y
de mis capacidades, ayuda en el discernimiento».
3. Escuchar «la voz del alma». Jesús Silva añade que, junto a la
voz del ser, conviene escuchar «la voz del alma» que es «el anhelo del
corazón». Ojo, «no el capricho, sino el anhelo, porque a veces Dios te hace
desear algo en el corazón. Y a veces pensamos que Dios nos va a hablar desde
fuera para decirnos lo que tenemos que hacer, cuando lo que hace es poner un anhelo
dentro del corazón, como le pasó a la Madre Teresa, cuando vio a los más pobres
de Calcuta».
4. Escuchar «las voces del tiempo». La tercera y última «voz» que
cita Jesús Silva es la de las circunstancias vitales de cada uno, porque «a
veces las circunstancias mandan: no es el momento, no es la ocasión. Yo puedo
pensar en poner en mi parroquia un gran centro parroquial, pero si no hay
dinero para hacerlo, discernimiento terminado. En las circunstancias, Dios nos
habla».
5. Estar con Jesús. Patxi Broncalo destaca el gran
consejo para discernir la vocación: «Estar cerca de Dios, tener vida
espiritual: Eucaristía, confesión, comunión, comunidad, leer la palabra de
Dios... Y entonces descubres cómo habla Él y que, aunque parece que Dios te va
a complicar la vida, te la simplifica».
6. Nunca te quedas en la
estacada. «Hace falta
caer en la cuenta de que Dios tiene un plan para ti cada vez que te equivocas,
para que puedas ser santo, en cada nueva situación. Como en los GPS que dicen
‘recalculando ruta’. Y aunque creas que la situación que estás viviendo hoy es
la más difícil que has vivido, Dios tiene un plan para llevarte a la santidad»,
asegura el padre Domenech.
7. Dios quiere lo bueno. Para perder el miedo a cumplir la
voluntad de Dios, los 3 sacerdotes recomiendan, desde su experiencia, «darse
cuenta de que lo que Dios quiere para ti, es lo mejor para ti. Que la voluntad
de Dios no es lo más bestia, ni lo más difícil. Dios quiere que todos los
hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. Porque Dios te quiere
feliz, aunque aquí tomes tu cruz».
8. Honestidad. Por último, recuerdan que es necesario «ser muy honesto contigo mismo, buscar la ayuda adecuada y ser muy honesto con quien te acompaña, y ser honesto con Dios, abriéndote a sus planes en la oración y buscando respuestas en la Palabra». Porque, como concluye Bronchalo: «Si quieres conocer a Dios, lee su Palabra».
José Antonio Méndez
Fuente: El Debate