El próximo 14 de enero se celebra la jornada de la Infancia Misionera, en la que nuestro país mantiene un liderazgo con tendencia al alza
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OMP |
El próximo 14
de enero se celebrará en España la jornada de la Infancia Misionera, que el año pasado envió 12,8 millones
de euros a los 1.112 territorios de misión que mantiene la Iglesia en 120
países. Los niños españoles, con 2,3 millones de euros —un 17 % del total
recaudado—, fueron los que más aportaron en todo el mundo a las misiones.
Durante la
presentación de la jornada de este año por parte de Obras Misionales
Pontificias, se explicó el lema elegido para este 2024, Comparto lo que soy, el
cual «destaca en clave misionera la belleza y la riqueza de pertenecer a una
comunidad con la que compartir, y, por tanto, de no estar solo ni aislado».
«Cada niño, como persona, es creado a imagen y semejanza de Dios y, por tanto,
tiene mucho que compartir», en palabras de la hermana Roberta Tremarelli,
secretaria general de OMP.
Al contrario de
lo que se pueda pensar, la obra de la Infancia Misionera no consiste en que los
países más desarrollados ayuden a los menos desarrollados, sino que todos los
países aportan, en mayor o menor medida, al Fondo Universal de Solidaridad. Un
país pobre como Togo, por ejemplo, aportó en 2022 más de 25.000 euros a esta
campaña. Esta forma de organización es un reflejo de la universalidad de la
iglesia, y de recordar que todos los cristianos estamos llamados de igual
manera a la misión.
El espíritu de
la jornada de la Infancia Misionera reside en que niños de todo el mundo se
formen en la misión y compartan sus aportaciones para ayudar a los misioneros
que trabajan, a su vez, con otros niños. Así, se pretende reflejar la
universalidad de la Iglesia en los más pequeños, si bien los adultos pueden
desempeñar también un papel fundamental, con su oración, tiempo libre y
donativos. Gracias a su generosidad, más de 4 millones de niños en todo el
mundo pueden acceder a educación y sanidad, así como vivir en mayores
condiciones de seguridad y formarse en la fe.
Presente desde
1843 —nada menos que 80 años antes de la Declaración de los Derechos de los
Niños de Ginebra—, la iniciativa de Obras Misionales Pontificias —el
instrumento de la Iglesia para el sostenimiento de los territorios de misión—
recolecta donativos y oraciones que ayudan cada año a más de cuatro millones de
niños en todo el mundo. Lo hace a través de más de 2.500 proyectos de
educación, salud, protección de la vida y evangelización. En opinión de José
María Calderón, director nacional de OMP, es importante destacar que la misión
consiste en «entregar lo que vivo y soy: mi fe, esperanza y amor».
En 2022,
Infancia Misionera destinó más de 12,8 millones de euros a África (7,6
millones), Asia (4,6), América (255.800), Oceanía (179.854) y Europa —aunque
desde 2015 no hay territorios de misión en el viejo continente, se siguen
financiando puntualmente algunos proyectos infantiles que no podrían subsistir
sin su ayuda—.
Luís Rivas
Fuente:
Ecclesia