Francisco nombró este jueves como nuevo arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela al mercedario Florencio Roselló Avellanas, quien desde 2015 es director del departamento de Pastoral Penitenciaria de la Conferencia Episcopal Española.
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Florencio Roselló, nuevo arzobispo de Pamplona. Dominio público |
Roselló
nació en 1962 en Alcorisa (Teruel) e ingresó a los 11 años en el seminario
menor de los mercedarios en Reus (Tarragona). En 1979 tomó el hábito en el
Monasterio de Santa María del Olivar y completó su formación en los años
sucesivos en la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de los religiosos
dominicos y en la Facultad de Teología de Cataluña Sant Pacià de Barcelona,
donde obtuvo la Licenciatura
en Estudios Eclesiásticos. Durante este tiempo también realizó estudios de
solfeo y de piano. Hizo su profesión solemne como mercedario en 1985 y fue ordenado sacerdote en
1986 en Alcorisa (Teruel).
Su
primer destino fue la comunidad del Hogar Mercedario de Barcelona, una casa de acogida de presos en
permiso y/o libertad condicional o definitiva, y pasó por las comunidades
mercedarias de Valencia, Castellón, Elche y Barcelona. Ha desempeñado diversos
cargos en la Orden Mercedaria, entre ellos doce años como superior provincial de la
Merced en Aragón.
Además
ha sido capellán del
centro penitenciario de Fontcalent, con diversos cometidos
pastorales de pastoral penitenciaria en la Comunidad Valenciana. Actualmente
residía en Castellón, donde era superior de la comunidad mercedaria y capellán
de la cárcel local.
"Vemos a Cristo en el pobre y no
vemos el delito, no nos toca juzgar", explicó el padre Roselló en una
entrevista en El efecto avestruz de
la ACdP: "Somos los nuevos Cirineos, ayudamos a los presos a cargar su
cruz".
Redención de cautivos y atención a
presos
La
Orden de la Merced fue fundada en 1218 en Barcelona por San
Pedro Nolasco, inspirado por la Virgen María y con la participación del rey de Aragón Jaime I el Conquistador, para
la redención de los
cristianos cautivos. En 1235, el Papa Gregorio IX confirmó la obra en la práctica de la Regla de San Agustín.
La
finalidad de la orden era ofrecerse en lugar de cristianos oprimidos y cautivos, principalmente en manos
mahometanas, y que corrían el riesgo
de perder la fe por sus duras condiciones de esclavitud o la promesa
de liberación mediante la apostasía.
Para
cumplir esta misión los mercedarios se consagran a Dios con un voto particular,
prometiendo dar la vida como Cristo la dio por nosotros, si fuese necesario,
para salvar a los cristianos que se encuentran en peligro extremo.
Jesús M. C.
Fuente: ReL