El sábado 7 de octubre, Israel se encontró repentinamente en un estado de guerra.
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Frailes franciscanos de Tierra Santa, Iglesia del Santo Sepulcro, Jerusalén. 9 de octubre de 2023. | Crédito: Marinella Bandini. Dominio público |
Desde entonces, en la parte sur del país, las sirenas de alarma
que advierten de la llegada de misiles no cesan. Por otro lado, Jerusalén ha
caído en un inquietante silencio, interrumpido sólo por las alertas en los
celulares y el estruendo de aeronaves militares. La ciudad está semidesierta,
con la mayoría de las tiendas cerradas, excepto aquellas que venden bienes
esenciales. Las escuelas están cerradas, al igual que muchas oficinas. Existe
el deseo de volver a cierta normalidad, mezclado con el temor de abandonar el
hogar debido a la amenaza de represalias.
Las únicas puertas abiertas parecen ser las de los santuarios
franciscanos, que, a solicitud expresa de la Custodia de Tierra Santa,
permanecen abiertos por ahora, principalmente para permitir que las
peregrinaciones en curso lleven a cabo su experiencia espiritual de la mejor
manera posible. Estos sitios incluyen la Iglesia del Santo Sepulcro en
Jerusalén; la Basílica de la Agonía (también llamada la Basílica de las
Naciones), ubicada en el Monte de los Olivos en Jerusalén; la Basílica de la
Natividad en Belén; y la Basílica de la Anunciación en Nazaret.
Los franciscanos afrontan la situación día a
día, brindando su servicio en los santuarios y acogiendo a los pocos grupos que
quedan.
No obstante, los pensamientos sobre el futuro
inmediato traen de vuelta la lucha de los años de la pandemia, con una
disminución en el turismo y, en consecuencia, en las donaciones y ofrendas. La
propia Custodia, en un comunicado, ha pedido expresamente a las personas que
“suspendan las peregrinaciones y esperen hasta que la situación sea segura de
nuevo”.
Los líderes de la comunidad cristiana en Tierra
Santa siguen apelando incansablemente por la paz y el cese de las hostilidades.
Después del estallido del conflicto, el
Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, firmó un
comunicado en el que, además de pedir una disminución de la escalada del
conflicto, enfatizó la importancia de preservar el status quo en relación a los
lugares sagrados, es decir, el conjunto de reglas que regula el acceso y el uso
de los principales lugares santos desde la época del Imperio Otomano.
La misma preocupación se reiteró en un comunicado conjunto de
los patriarcas y líderes de las iglesias cristianas en Jerusalén. Los líderes
religiosos cristianos alzaron sus voces “para abogar por el cese de todas las
actividades violentas y militares” y “condenar cualquier acto que tenga como
objetivo a civiles”.
El lunes 9 de octubre, en la Iglesia del Santo Sepulcro, la
procesión diaria de los franciscanos a los lugares de la pasión, muerte y
resurrección de Jesús concluyó con una oración específica por la paz en Tierra
Santa.
“Más de siete siglos, los franciscanos, en tiempos de guerra o
paz, de excavación o trabajo, han visitado cada día los lugares de la pasión de
Jesús”, explicó a los medios el presidente del Santo Sepulcro, el hermano
Stéphane, después de la oración.
“¡Aquí, Cristo ha resucitado! ¡Aquí, ha vencido al mundo! Hoy,
queríamos que nuestra oración se centrara particularmente en pedir paz para
esta tierra, que una vez más está siendo desgarrada, para que todos puedan
vivir en esta tierra en paz y seguridad”, concluyó.
Traducido y adaptado por ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.
Por Marinella Bandini
Fuente: ACI
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