San Juan Macías, amigo de San Martín de Porres, a menudo se representa "robando" almas del purgatorio con su rosario, el "arma" más común para entrar al cielo
![]() |
Lawrence OP | Flickr CC BY-NC-ND 2.0. Dominio público |
Los dominicos
de Nashville, en Estados Unidos, ofrecen una breve explicación
de sus deberes principales.
Uno de los principales deberes de Juan
Macías era encontrarse
con los pobres que venían al convento en busca de asistencia material o
espiritual, a menudo más de 200 personas cada día. Además de su
disposición alegre y su manera alentadora, Juan Macías se hizo conocido por la
naturaleza a veces milagrosa de su servicio a los pobres. Todos sabían que Juan
trabajaba muy duro para recolectar limosnas para su distribución. Aun así, a
menudo regresaba con las manos vacías. Sin embargo, de alguna manera Juan nunca
rechazó a nadie.
Además, su amistad con san Martín de
Porres, otro santo dominico, eventualmente conduciría a una ceremonia de
beatificación conjunta.
Oración
entre santos
Los dos santos a menudo se reunían en sus
rondas diarias de la ciudad y también se convirtieron en amigos espirituales
cercanos. Eran una fuente constante de aliento e ideas el uno para el otro. Los
dos fueron
beatificados juntos en una sola ceremonia por el Papa
Gregorio XVI en 1837.
Durante su vida, san Juan Macías oraba
con frecuencia por las almas del purgatorio con su rosario, como explica la Cofradía
de Intercesores para las Almas del Purgatorio en su sitio web.
La iconografía representa a san Juan
Macías liberando las almas del purgatorio con el rosario. El santo siempre
llevaba como herencia el rosario que su madre le dejó. Debido a su constante
rezo del Rosario por las almas del purgatorio, sus biógrafos lo llaman el
«ladrón del purgatorio».
Su ejemplo nos recuerda la necesidad de
orar por las almas en el purgatorio y el poder de la oración intercesora.
Además, este mes de octubre, dedicado al santo rosario, es una excelente
oportunidad para ejercer esta magnífica obra de misericordia, que las almas que
lleguen al cielo retribuirán a quienes recen por ellas.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia