La Iglesia está abierta a todos, incluso para aquellos que no pueden recibir ciertos sacramentos
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El Papa Francisco durante la rueda de prensa en el avión en su vuelo de regreso de Lisboa. |
En el vuelo de regreso de Lisboa, Francisco
explica a los periodistas por qué eligió rezar en silencio en el santuario y
por qué ante los jóvenes prefirió dejar los discursos preparados y hablarles
con más eficacia. Reitera su "tolerancia cero" hacia el abuso de
menores. Explica los motivos del viaje a Marsella. Repite que la Iglesia está
abierta a todos, incluso para aquellos que no pueden recibir ciertos
sacramentos. "Mi salud está bien".
Matteo Bruni:
Buenas noches Santidad volvemos
rejuvenecidos y alegres de esta JMJ en la que hemos podido confrontarnos con
las preguntas y las expectativas de los jóvenes, con respecto a la Iglesia, a
la fe, y también al mundo. Y hemos podido escuchar su respuesta en sus
palabras, en su presencia. Ahora hay algunas preguntas de los periodistas, pero
antes usted quería decir unas palabras:
Papa Francisco:
Buenas noches y muchas gracias por
esta experiencia, hoy hay un cumpleaños: (Bruni: de Rita CRUZ) ¡Feliz
cumpleaños! ¡Luego viene la tarta!
Aura María Vistas Miguel (Rádio
Renascença):
Su Santidad, en primer lugar,
gracias por su visita a Portugal. Todo el mundo la considera ya un éxito. Todos
están muy contentos. Gracias por haber venido. Encontré a un gran jefe de
policía que me dijo que nunca había visto una multitud tan obediente y
pacífica. Fue hermoso.
Mi pregunta es sobre Fátima.
Sabemos que usted fue allí y rezó en silencio en la capillita. Pero había una
gran expectación, en el mismo lugar donde Nuestra Señora había hecho una
petición para rezar por el fin de la guerra (y estamos en guerra en este
momento, por desgracia) para tener una renovación del Santo Padre, rezando
públicamente por la paz... Los ojos del mundo entero estaban fijos en usted
ayer por la mañana en Fátima. ¿Por qué no lo hizo?
Papa Francisco:
Recé, recé. Recé a la Virgen y recé
por la paz. No he hecho publicidad. Pero he rezado. Y debemos repetir
continuamente esta oración por la paz. Ella había pedido esto en la Primera
Guerra Mundial. Y esta vez (ésta) se lo he pedido a la Virgen. Y he rezado. No
he hecho publicidad.
João Francisco Gonçalves Gomes
(El Observador):
Muchas gracias, Santo Padre. Yo voy
a hablar en español, creo que es más fácil para mí y, si puede responder en
español, mejor, que es más fácil para los portugueses, para que lo comprendan.
Me gustaría preguntarle sobre los abusos de niños en la Iglesia, en Portugal.
En febrero de este año se ha publicado un informe sobre la realidad de los
abusos en Portugal. Casi 5000 niños han sido víctimas en las últimas décadas.
Le pregunto: ¿ha leído, conoce este informe que ha sido entregado a los
obispos? Y también, ¿qué piensa que debe suceder con los obispos que han sabido
de casos de abuso y no los han comunicado a las autoridades?
Papa Francisco:
Como ustedes saben, de manera muy
reservada, recibí a un grupo de personas que fueron abusadas. Como siempre hago
en estos casos, dialogamos sobre esta peste, esta tremenda peste, ¿no? En la
Iglesia, se seguía más o menos la conducta que se sigue actualmente en las
familias y en los barrios: se cubre, ¿no? El… Pensar que el 42% de los abusos,
más o menos, se da en las familias o en los barrios. Todavía hay que madurar y
ayudar a que se descubran esas cosas hasta el escándalo de Boston. Y ahí la
Iglesia tomó conciencia de que no se podía ir por caminos aleatorios, sino que
había que tomar el toro por las astas. Hace dos años y medio tuvimos la reunión
de Presidentes de las Conferencias Episcopales, ahí también se dieron
estadísticas oficiales sobre los abusos. Y es grave, la situación es muy grave.
En la Iglesia, hay una frase que la estamos usando continuamente: tolerancia
cero, tolerancia cero. Y los pastores que, de alguna manera, no se hicieron
cargo tienen que hacerse cargo de esa irresponsabilidad, se verá el modo en
cada uno de ellos. Pero es muy duro el mundo de los abusos. Y en eso, yo
exhorto a que estemos muy abiertos en todo esto. Sobre lo que me preguntás de
cómo va el proceso en la Iglesia portuguesa, va bien. Va bien y con serenidad,
se busca la seriedad en los casos abusados. Los números, a veces, terminan
siendo agrandados, un poco por los comentarios que siempre nos gusta, pero lo
que es la realidad, se está llevando bien y eso a mí me da cierta tranquilidad.
Yo quisiera tocar un punto, y
ustedes, como periodistas, les pido que colaboren en esto. Hoy día, ¿tienen
telefonino ustedes? Teléfono. Bueno, en cualquiera de estos teléfonos, pagando
algo y con alguna clave, se tiene acceso al abuso sexual con menores. Esto
entra en nuestras casas y el abuso sexual con menores se filma en vivo. ¿Dónde
se filma? ¿Quiénes son los responsables? Esta es una de las pestes más graves,
junto a todo el mundo, pero quiero subrayar esto porque, por ahí, no se nos
ocurre que las cosas son tan radicales. Cuando vos usás un nene para hacer un
espectáculo de abuso, llama la atención. El abuso es como “comerse” a la
víctima, ¿no? O peor, herirla y dejarla viva. Hablar con personas abusadas
es una experiencia muy dolorosa, que también a mí me hace bien, no porque me
guste escuchar, sino me ayuda a hacerme cargo de ese drama. O sea, yo les
diría, respecto a tu pregunta, lo que dije: el proceso va bien, estoy
notificado de cómo van las cosas. Por ahí las noticias lo agrandaron, pero la
cosa está andando bien en cuanto a esto. Pero también, con esto, les digo, de alguna
manera, ayuden, ayuden a que todo tipo de abuso sea solucionado el abuso
sexual, pero no es el único. También están otros tipos de abusos que claman al
Cielo: el abuso del trabajo con niños, el abuso laboral en los niños, y se usa;
el abuso en las mujeres, ¿no? Todavía hoy, en muchos países, se tiene como
método la operación quirúrgica de las niñas: les quitan el clítoris y eso es
hoy y se hace con una navaja, y chau… Crueldad… Y el abuso laboral, o sea,
dentro del abuso sexual, que es grave y todo esto, hay una cultura del abuso
que la humanidad tiene que revisar y convertirse.
Jean-Marie Guénois (Le Figaro):
Santo Padre, ¿cómo está, su salud,
cómo va su convalecencia? No ha leído o sólo pequeñas partes de cinco
discursos. No hay precedentes en los viajes: ¿por qué? ¿Ha tenido problemas de
vista, cansancio? ¿Textos demasiado largos? ¿Cómo se siente? Y si me permite
una pequeña pregunta sobre Francia. Usted viene a Marsella, pero nunca visita
Francia. El pueblo no lo entiende, ¿quizás es demasiado pequeña o tiene algo en
contra de Francia?
Papa Francisco:
Mi salud está bien. Me quitaron los
puntos, hago vida normal, llevo un vendaje que tengo que llevar durante dos,
tres meses para evitar un eventual “eventración" (en lenguaje médico:
salida de las vísceras abdominales, ed.) hasta que los músculos estén más
fuertes. La vista. En esa parroquia corté el discurso porque había una luz
delante y no podía leer, me daba la luz y por eso lo corté. Algunos, a través
de Mateo, preguntaron por qué acorté las homilías que ustedes tienen. Yo cuando
hablo, no las homilías académicas, intento hacerlo los más claro posible. Pero
siempre cuando hablo busco la comunicación. Ustedes han visto que incluso en la
homilía académica hago algunas bromas, algunas sonrisas las hago para controlar
la comunicación. Con los jóvenes los discursos largos tenían lo esencial del
mensaje y yo lo tomaba de allí en función de cómo sentía la comunicación.
Vieron que yo hacía alguna pregunta
e inmediatamente el eco me decía por dónde iba la cuestión, si era errado o no.
Los jóvenes no tienen mucho tiempo de atención. Piensen que, si haces un
discurso claro, con una idea, una imagen, un afecto, te pueden seguir ocho
minutos. Entre paréntesis, en la Evangelii Gaudium, la primera exhortación que
hice, hice, escribí un largo capítulo sobre la homilía. Porque aquí hay un
párroco (se refiere a don Benito Giorgetta, párroco de Termoli ed.) que sabe
que las homilías son a veces una tortura, una tortura, que se habla bla, bla, y
la gente... En algún pueblo pequeño, no sé si en Termoli, los hombres salen a
fumarse un cigarrillo y vuelven. La Iglesia debe convertirse a este aspecto de
la homilía: breve, clara, con un mensaje claro, y afectuosa. Por eso compruebo
cómo va con los jóvenes y les hago decir. Pero yo acorté porque... me hace
falta la idea con los jóvenes. Y pasamos a Francia. Fui a Estrasburgo,
iré a Marsella, pero no a Francia. Es un problema que me preocupa, que es el
problema Mediterráneo. Por eso voy a Francia. La explotación de los migrantes
es criminal. Aquí en Europa no, porque va, somos más cultos, pero en los lagers
del norte de África... Yo recomiendo una lectura. Hay un librito, pequeñito,
que escribió un emigrante que tardó creo que tres años en venir de Guinea a
España porque le capturaron, le torturaron, le esclavizaron. Los migrantes en
esos lagers del Norte: es terrible. En este momento -la semana pasada- la asociación
Mediterránea Saving Human, estaba haciendo un trabajo de rescate de migrantes
que estaban en el desierto entre Túnez y Libia, porque los habían dejado allí a
morir. Ese libro se llama "Hermanito" -en italiano tiene el subtítulo
de "Fratellino"-, pero se lee en dos horas, merece la pena. Léanlo y
verán el drama de los migrantes antes de embarcarse. Los obispos del
Mediterráneo harán este encuentro, también con algunos políticos, para
reflexionar seriamente sobre el drama de los migrantes. El Mediterráneo es un
cementerio, pero no es el mayor cementerio. El mayor cementerio es el norte de
África. Esto es terrible, léanlo. Voy a Marsella por esto. La semana pasada, el
presidente Macron me dijo que es su intención ir a Marsella y estaré un día y
medio: llegaré por la tarde y al día siguiente estaré todo el día.
Matteo Bruni:
No tiene nada contra Francia
(repitiendo pregunta).
Papa Francisco:
No. No sobre eso es una política.
Yo visito los países pequeños de Europa. Los países grandes, España, Francia,
Inglaterra, los dejo para más adelante, eventualmente. Pero como opción
empecé con Albania y así los pequeños. No es nada. Francia, dos ciudades,
Estrasburgo y Marsella.
Anita Hirschbeck (KNA):
El Santo Padre en Lisboa nos dijo
que en la Iglesia hay sitio para todos, para todos. La Iglesia está abierta
para todos, pero al mismo tiempo no todos tienen los mismos derechos,
oportunidades, en el sentido de que por ejemplo las mujeres, los homosexuales
no pueden recibir todos los sacramentos. Santo Padre, ¿cómo explica esta
incoherencia entre Iglesia abierta e Iglesia no igual para todos? Gracias.
Papa Francisco:
Usted me hace una pregunta sobre
dos puntos de vista diferentes, la Iglesia es abierta para todos, luego hay
legislaciones que regulan la vida dentro de la Iglesia. El que está dentro está
según la legislación, lo que dices es una simplificación: 'no puede hacer los
sacramentos'. Eso no quiere decir que la Iglesia esté cerrada, cada uno
encuentra a Dios en su camino dentro de la Iglesia, y la Iglesia es madre y
guía a cada uno en su camino. Por eso no me gusta decir: vienen todos, pero tú,
éste, pero el otro... Cada uno, cada uno en la oración, en el diálogo interior,
en el diálogo pastoral, busca el camino a seguir. Por eso haciendo una
pregunta: por qué los homosexuales no... ¡Todos! Y el Señor es claro: enfermos.
Sanos, viejos y jóvenes, feos y guapos... ¡buenos y malos! Hay como una mirada
que no entiende esta inserción de la Iglesia como Madre y piensa en ella como
una especie de empresa que para entrar hay que hacer esto, hacerlo de esta
manera y no de aquella... Otra cosa es la ministerialidad de la Iglesia, que es
la manera de sacar adelante el rebaño y una de las cosas importantes es la
paciencia, en la ministerialidad: acompañar a las personas paso a paso en su
camino hacia la madurez. Cada uno de nosotros tiene esta experiencia: que la
Iglesia Madre nos ha acompañado y nos acompaña en nuestro propio camino de
maduración. No me gusta la reducción, esto no es eclesial, esto es gnóstico. Es
como una herejía gnóstica que hoy está un poco de moda. Un cierto gnosticismo
que reduce la realidad eclesial y esto no ayuda. La Iglesia es Madre, recibe a
todos, y cada uno hace su camino dentro de la Iglesia, sin publicidad, y esto
es muy importante. Gracias por el valor de hacer esta pregunta. Gracias.
Paolo Ruffini:
El Papa desea compartir un
pensamiento sobre la JMJ.
Papa Francisco:
Cómo he vivido la JMJ. Esta es la
cuarta que vivo. La primera fue en Río de Janeiro, allá brasileira. La segunda
fue en Cracovia, la tercera en Panamá. Esta es la cuarta. Esta es la más
numerosa. Según los datos concretos reales, hubo más de un millón de
participantes. Más. De hecho, en la Vigilia se estimó que había un millón
cuatrocientos y un millón seiscientos mil.
Impresionante la cantidad. Bien
preparada. De las que he visto esta es la mejor preparada. Los jóvenes son una
sorpresa. Los jóvenes son jóvenes. Hacen chiquilladas, la vida es así. Pero
intentan seguir adelante. Y son el futuro. El asunto (el propósito) es
acompañarlos. El problema es saber acompañarlos. Y que no se desprendan de sus
raíces. Por eso insisto tanto en el diálogo mayores-jóvenes, abuelos con
nietos. Este diálogo es importante, más importante que el diálogo entre padres
e hijos. Los abuelos, las raíces.
Los jóvenes son religiosos. Buscan
la fe, no lo artificial. Buscan el encuentro con Jesús. Algunos dicen que los
jóvenes no siempre viven según la moral. Pero quién de nosotros no ha cometido
errores morales en su vida. Todos. También de los mandamientos. Cada uno de
nosotros tiene sus propias caídas en su historia. La vida es así. Pero el Señor
siempre nos espera porque es misericordioso y padre y la misericordia va más
allá de todo. Esto es lo que quería decir sobre la JMJ.
Justin McLellan – CNS
Hablando sobre la JMJ, hemos
escuchado en estos días testimonios de jóvenes que han luchado con la salud
mental, con la depresión. ¿Ha luchado alguna vez por esto? Y si alguien decide
suicidarse, ¿qué diría a los familiares de esa persona que, debido a la
enseñanza católica sobre el suicidio, sufren pensando que se ha ido al
infierno?
Papa Francisco:
El suicidio juvenil es importante
hoy, el número es importante. Existen. Los medios de comunicación no dicen
tanto porque no se informa a través de los medios de comunicación. Yo me quedé
en diálogo con los jóvenes -no en la Confesión- aproveché para dialogar. Un
joven simpático me dijo: “¿Puedo hacerte una pregunta? ¿Qué piensa del
suicidio?”. No hablaba nuestro idioma, pero le entendí bien y empezamos a
hablar del suicidio. Y al final me dijo: “Gracias, porque el año pasado estaba
indeciso sobre si hacerlo o no”. Tantos jóvenes están ansiosos, deprimidos,
pero no solo psicológicamente... Además, en algunos países que son muy, muy
exigentes en la universidad, los jóvenes que no pueden conseguir un título o
encontrar un trabajo se suicidan, porque sienten una vergüenza muy grande. No
digo que sea algo cotidiano, pero es un problema. Es un problema actual. Es
algo que ocurre.
Matteo Bruni:
Gracias, su Santidad, por las
respuestas.
Papa Francisco:
Gracias a ustedes por lo que han hecho y mi consejo: no os olvidéis "Hermanito", "Fratellino", el libro del migrante. Gracias.
(Transcripción
no oficial de los medios de comunicación vaticanos)
Vatican News