Nada es indiferente
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor.
Que pases un feliz día.
Ayer limpiamos los cristales, en el convento
hay muchísimos. Lo hicimos trabajando en cadena: una monja limpiaba el marco de
las ventanas, otra limpiaba los cristales con agua y limpiacristales y otra
pasaba un aspirador especial para recoger el agua. Este último aparato nos ha
ayudado y agilizado el trabajo.
A mí me tocó limpiar los cristales. Tenía que
pasar un trapo con agua, frotar bien y dejarlos húmedos. La verdad es que no
los mojé mucho. A continuación vino la siguiente monja y los secó. Una vez
secos dijo: "Estos cristales están sucios". Yo dije: "No, ya los
hemos limpiado". Me contestó: "Míralos". Y así era, como no los
había mojado suficiente, no se habían podido limpiar correctamente.
Al final de la mañana me di cuenta de cómo
nuestros actos no son indiferentes, hagas lo que hagas, repercuten en aquellos
que tienes a tu lado. A veces pensamos que podemos hacer lo que queremos y que
solo nos hacemos daño a nosotros mismos. Pero esto no es verdad, nuestros actos
y nuestras pasiones no quedan solo en nosotros, sino que afectan a los demás.
Jesús, al ver esto en sus discípulos, les dice:
"El que quiera ser el primero, sea vuestro servidor" y "amaos
como yo os he amado". Jesús, en su Palabra, nos llama a dirigirnos hacia
nuestros hermanos, no nos invita a quedarnos en nosotros mismos. Contemplarnos
a nosotros mismos es entrar en un callejón sin salida.
Por eso, Jesús siempre impulsa a los discípulos
a salir de sí mismos y a hacer el bien a todos aquellos que encuentren. Y una
manera de hacer el bien es anunciar el Amor de Cristo, porque cuando hablas de
ello, te das cuenta del gran tesoro que tenemos, ya que en Cristo está nuestra
felicidad.
Hoy el reto del amor es evitar dos actos que
puedan repercutir en aquellos que conviven contigo, cambiando el amor propio
por el Amor gratuito en Cristo.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
26 mayo 2023
Fuente:
Dominicas de Lerma