RETIROS EFFETÁ: «NO SE TRATA DE OCULTAR LA VERDAD, SINO DE QUE CADA UNO LA DESCUBRA»

Una de las responsables de Effetá explica por qué no se puede ofrecer detalles de estos retiros de fin de semana para jóvenes. Nacidos en Colombia, llegaron a España en 2013 y ya están en 15 ciudades

Misa final de un retiro de Effetá en España. Foto: Effetá

Varios medios de comunicación se han acercado en las últimas semanas al fenómeno de los retiros de Effetá, subrayando que lo que allí sucedía no podía contarse fuera. Hablaban, incluso, de secretismo y actitudes sectarias. Esta exposición mediática «se vive con mucha paz», confiesa Laura Lacorne, una de las personas que ayudó a traer esta propuesta evangelizadora a España hace ya diez años.

Pero, ¿qué ocurre dentro de Effetá para que importantes periódicos y televisiones de nuestro país se hayan fijado en este retiro católico? «Son 48 horas donde se va a paralizar el tiempo, en las que el joven va a poder reflexionar sobre ciertas preguntas existenciales y realmente se vive y se palpa un encuentro de amor con Cristo resucitado», detalla Lacorne, que no puede ofrecer más datos sobre lo que sucede.

El silencio de esta maestra de 34 años no significa que se quiera ocultar algo deliberadamente. «No se realiza nada raro. Si no se cuenta lo que pasa dentro es para que la gente pueda vivir la experiencia en primera persona», contesta la impulsora, que alude a la figura de los Reyes Magos para explicar esta circunstancia. Expone que a nadie se le ocurre llamar mentirosos a todos los padres, pues la sociedad en su conjunto colabora en este secreto para no romper la ilusión de los niños. «Ocurre algo similar en Effetá. No se trata de ocultar la verdad, si no de permitir que cada persona la descubra por sus propios medios», añade. De hecho, hace hincapié en que no se puede acusar de secretismo a una iniciativa que tiene las puertas abiertas para recibir a todas las personas que lo deseen, sin más condiciones.

Es el caso de Sol Cruz-Conde de La Moneda, que vivió la experiencia en octubre de 2021 «después de una crisis de fe» y a pesar de que, a priori, no estaba convencida para hacerlo. La joven, que tiene actualmente 24 años y estudia el máster de acceso a la abogacía, se decidió gracias a una amiga, que le contó que Effetá le había cambiado la vida. Acto seguido, ella misma lo experimentó en sus propias carnes durante el retiro. «No es que cambiaran las circunstancias, sino mi forma de verlas. Me sentía muy querida por Dios». En esos días «me di cuenta de que Él es puro amor y misericordia».

Los retiros de Effetá nacieron en Colombia en 2013 y, pocos meses después, desembarcaron en España de la mano de la propia Laura Lacorne, de su madre, Lourdes Casero, y de una amiga de la familia, Ludy Medina. «Yo había hecho otro retiro con ellas, el de Emaús, y estaba feliz, pero veía que no encajaba mucho en las reuniones semanales en las que te puedes integrar después», reconoce. Todas las demás participantes eran mucho mayores, estaban casadas y tenían hijos. Así, buscaron algo más juvenil y conocieron Effetá, que «está montado por jóvenes y dirigido a otros jóvenes». Así que se pusieron en contacto con el grupo de colombianos y lo trajeron a nuestro país.

En España desde 2013

Aquí, el primer retiro se celebró del 13 al 15 de diciembre de 2013, concretamente en Madrid, en la casa de Verbum Dei. Participaron cerca de 50 chicos y chicas. A partir de ahí, la iniciativa se extendió por buena parte del país. En la actualidad, existen grupos de Effetá en unas 15 ciudades, desde Bilbao hasta Sevilla pasando por Alicante o Zaragoza. «Va saltando de un lugar a otro por el boca a boca», subraya.

En la capital son un total de 17 las parroquias que están organizando estos retiros, pero la dinámica es un poco diferente. «Aquí Effetá está integrado dentro de la archidiócesis», apunta Laura Lacorne. «Lo que ocurrió es que el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, vino a uno de los retiros, se quedó emocionado y le pidió a los jóvenes que le ayudaran a evangelizar», agrega. A partir de esta experiencia, las impulsoras se reunieron varias veces con el purpurado, que les pidió que crearan una asociación «para salvaguardar y custodiar el sentido del retiro».

José Calderero de Aldecoa

Fuente: Alfa y Omega