Descubre la historia del Santuario de Santa Maria de las Gracias en Casale di Carinola (Italia)
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@Santuariosantamaria |
Antonietta Fava, era una dulce niña de tan solo doce años que de
un pequeño pueblo llamado Casale di Carinola, al sur de Italia.
La niña era hija del primer matrimonio de su padre. Y como si
fuera un cuento, la madrastra la tenía como sirvienta.
A parte de las tareas dentro de casa y en el campo, la madrastra
le asignaba trabajos cada vez más exigentes como la de ir a lavar ropa cerca de
un arroyo, en medio de la oscuridad de la noche.
La niña iba obediente pero con mucho miedo, sin dejar de llorar y
para aliviar su sufrimiento, rezaba a una pequeña estatua de piedra de la
Virgen ya presente en el lugar, pidiéndole gracia y paciencia.
Entonces que una ‘dulce Señora’, como ella misma la define, con un
Niño en un brazo y en otra una luz. Ella le hizo compañía iluminándole el
camino, aliviando su cansancio con su presencia.
Al llegar al río, la Duce Señora, le decía: «¡Moja y retuerce…
Moja y retuerce, hija mía!». Y con poco esfuerzo toda la ropa quedaba
resplandeciente.
Una iglesia para la Dulce Señora
La Virgen María se apareció a Antonietta por algún tiempo, y
fueron testigos algunos pobladores que vieron a la niña caminar con una luz
resplandeciente por el bosque oscuro.
Hasta que un día la ‘dulce Señora’ le declaró su voluntad con
estas palabras:
Anhelo una
iglesia en este lugar donde ahora está mi efigie, para que sea reverenciada por
aquellas personas con más decoro. Razón de más para hacerles experimentar los
efectos de mi soberana protección
del Zodíaco de María, del Padre Serafino Montorio, 1715
La solicitud de la dulce Señora fue inmediatamente aceptada. Los
habitantes de Casale, que había visto a la niña acompañada de la mujer
desconocida y su lucecita durante varias noches, no dudaron en absoluto de la
historia.
El santuario se creó después de haber excavado buena parte de la
roca circundante. La estatua de piedra sagrada, con un peso de 400 kg, fue
colocado en el altar mayor de la iglesia.
Abandono del santuario y el milagro de su resurgimiento
El santuario con el pasar de los años cayó en el abandono, la
historia de Antonietta fue considerada como una vieja históriela pueblana y en
el lugar solo quedó un viejo cementerio.
Sin embargo, hubo quienes no se rindieron ante la decadencia del
lugar como Don Gicando Giuseppe Struffi, párroco de Casale di Carinola desde el
1942.
Eran tiempos difíciles y la inmediata posguerra, había dejado un
gran desempleo y hambre. Por eso, el párroco, atendiendo a las distintas
necesidades, inició la reestructuración del santuario, dando trabajo a muchos
padres de familia y tratando de reavivar la fe en el lugar.
Y ocurrió el milagro el trabajo en el lugar llevaron al
descubrimiento de lo que siempre se había narrado: ¡la sagrada efigie de la
Virgen que la pequeña Antonietta Fava rezó antes de la aparición!
El entusiasmo de la población fue general, ya no había dudas:
realmente María se había aparecido en ese lugar.
El Papa Benedicto XVI acreditó la veracidad de la aparición,
colocando el sello papal.
El santuario de Santa Maria a Pisciariello o Santa Maria de las
Gracias ha asumido el apodo de «pequeña Lourdes» a lo largo de los años,
recordando la aparición de aquella más famosa en Francia.
Fuente: casaledicarinola.net
Maria Paola
Daud
Fuente: Aleteia