EL PAPA BENEDICTO XVI TENÍA UNA VERDADERA DEVOCIÓN POR EL PADRE PÍO

Lo citó en 15 de sus discursos: estos son los pasajes en los que hubo una mayor convergencia entre papa emérito y el santo de Pietrelcina, informó el director de Padre Pío TV

ANDREAS SOLARO / AFP

«No está fuera de lugar hablar de una verdadera devoción de Benedicto XVI hacia el santo de Pietrelcina que, durante lo que el mismo Pontífice definió como ‘mi peregrinación’ a San Giovanni Rotondo, se expresó también con el lenguaje de gestos al descender a la cripta del santuario de Santa Maria delle Grazie donde se arrodilló en silencioso y profundo recogimiento ante las reliquias del cuerpo del Santo, durante el período de su primera exposición de veneración pública».

Stefano Santino Campanella, director de Padre Pio TV y Tele Radio Padre Pio, en una entrevista con La Stampa (1 de marzo) explica la convergencia espiritual entre el Papa emérito y el santo de Pietrelcina.

Y añade Campanella: «La del Padre Pío fue sin duda una de las expresiones de santidad de la Iglesia más presentes en el magisterio de Benedicto XVI, quien lo citó como modelo en hasta 15 de sus discursos, homilías o documentos que donó a la Iglesia en casi ocho años de pontificado».

Del ‘hombre sencillo’ a la Eucaristía

El director de la TV inspirada en el santo capuchino destaca algunos de los pasajes más significativos de Ratzinger.

De las reflexiones de Benedicto XVI sobre el Padre Pío surge, según Campanella, un eficaz retrato espiritual del capuchino estigmatizado que, como todos los beatos y santos, muestra a los hombres ‘el camino para ser felices’ (20 de agosto de 2005). «Revivió el misterio del Calvario con tal fervor que edificó la fe y la devoción de todos» (18 de septiembre de 2005). Todo esto fue posible para él gracias al «amor a la Eucaristía y al Crucifijo» y al «espíritu de docilidad a la Iglesia, que ha impregnado toda su experiencia humana» (23 de septiembre de 2005). Por eso, a este «hombre sencillo, ‘pobre fraile’, como decía, Dios le ha confiado el mensaje perenne de su Amor crucificado a la entera humanidad» (14 de octubre de 2006). «San Pio da Pietrelcina fue uno de los santos sacerdotes que ‘se dedicaron casi exclusivamente al ministerio de la confesión’ y representa un ‘ejemplo’ para los confesores de nuestro tiempo» (19 de febrero de 2007).

Padre Pío, joven y enfermo

«El testimonio de fe y de caridad que inspiró a San Pío de Pietrelcina» puede, en efecto, todavía hoy animar a «los jóvenes a proyectar» su «futuro como servicio generoso a Dios y al prójimo», puede ayudar a los «enfermos a experimentar en el sufrimiento el sostén y el consuelo de Cristo crucificado», afirmó Ratzinger (23 de septiembre de 2009),

Representa «para todos los cristianos una invitación a confiar siempre en la bondad de Dios, acercándose y celebrando con confianza el sacramento de la Reconciliación» (2 de diciembre de 2009) y revela «a todos nosotros cómo el confesionario puede ser un verdadero ‘lugar’ de santificación» (25 de marzo de 2011).

«Ante este riesgo…»

El 21 de junio de 2009, 22 años después de la visita de Juan Pablo II, Ratzinger visitó San Giovanni Rotondo. Celebrando la misa, en presencia del relicario que contenía el corazón de San Pío, pronunció estas inolvidables palabras dirigidas a sus hijos espirituales:

Los peligros del activismo y la secularización están siempre presentes; por eso, mi visita también tiene la finalidad de confirmaros en la fidelidad a la misión heredada de vuestro amadísimo padre. Muchos de vosotros, religiosos, religiosas y laicos, estáis tan absorbidos por las miles de tareas que conlleva el servicio a los peregrinos o a los enfermos del hospital, que corréis el riesgo de descuidar lo único verdaderamente necesario: escuchar a Cristo para cumplir la voluntad de Dios. Cuando os deis cuenta de que corréis este riesgo, mirad al padre Pío: su ejemplo, sus sufrimientos; e invocad su intercesión, para que os obtenga del Señor la luz y la fuerza que necesitáis para proseguir su misma misión impregnada de amor a Dios y de caridad fraterna. 

Gelsomino del Guercio 

Fuente: Aleteia