Piden que se esclarezcan los hechos y recuerdan que los que intentan entrar en España huyen de guerras y hambrunas
![]() |
| Alguno migrantes en Melilla. Foto: EFE |
Tras recordar que las más de 130
personas que lograron cruzar la frontera eran refugiados sudaneses, piden, en
un comunicado publicado este sábado, que estos hechos se aborden con «una
mirada humanitaria». «Al tiempo que entendemos la necesaria regulación de
flujos migratorios, debemos considerar la situación crítica y de miseria en la
que se encuentran miles de migrantes subsaharianos al otro lado de la frontera.
No son invasores, son seres humanos que buscan llegar a Europa huyendo de
guerras activas y hambrunas», explican.
Así, proponen «evitar un uso
partidista y demagógico del completo desafío de las migraciones» y «analizar
este drama desde las claves de la doctrina social de la Iglesia». En concreto,
subraya que nuestro país carece de espacios o recursos donde emitir visados en
muchos países de donde proceden personas susceptibles de solicitar protección
internacional.
«Necesitamos una migración ordenada
a través de vías legales y seguras, así como fomentar la colaboración al
desarrollo con los países que sufren guerras, conflictos y hambrunas. La
externalización y militarización de las fronteras por sí solo no terminará con
los problemas y las causas que provocan la movilidad de millones de personas
migradas, refugiadas o desplazadas en el mundo», agregan.
Tras lamentar la pérdida de vidas
humanas y desear la recuperación a los heridos, lanzan un invitación a analizar
y afrontar esta nueva crisis «desde la necesidad de protección de todo ser
humano y el empeño por establecer con urgencia vías de acceso legales y seguras».
CEAR denuncia el uso de la violencia
Por su parte, La Comisión Española
de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha denunciado el «uso indiscriminado de la
violencia» para gestionar las migraciones y controlar las fronteras y evitar
que lleguen personas que podrían necesitar protección, como los sudaneses ya
citados.
«Este es el coste de la externalización de fronteras y de poner en manos de un país que no respeta los derechos humanos como Marruecos la responsabilidad de controlarlas. Contar con una oficina de asilo en nuestra frontera sur para cubrir el expediente, sin que puedan acceder las personas de origen subsahariano, es una falacia y la mayor hipocresía que puede tener un Estado de Derecho», afirma Estrella Galán, directora general de CEAR, en un comunicado.
Fran
Otero
Fuente:
Alfa y Omega
