Según denuncia la Alianza People’s Vaccine, a finales de febrero la UE tirará 55 millones de dosis, cuando en lo que va de año solo ha donado 30
Vacunación en Sudan. Foto: AFP/ Ebrahim Hamid |
En un llamamiento del Simposio de
Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECAM) y Justicia y Paz Europa a
propósito de la cumbre conjunta de la UE y la UA, este jueves y viernes,
lamentan que a finales de enero solo el 10,5 % de la población africana había
recibido la pauta completa de vacunación. Además, solo siete países había
inmunizado al 40 % de sus habitantes.
Estos malos datos se producen a
pesar de que, «afortunadamente, la capacidad de producción de estas vacunas se
ha ampliado enormemente en el último año». El 16 de enero, la OMS anunció que
la iniciativa COVAX había entregado 1.000 millones de vacunas. Además, aplauden
que empresas productoras hayan anunciado «planes para establecer nuevas
instalaciones» en países del sur global.
Lograr una distribución «lo más
rápida y ampliamente posible no es solo una cuestión de justicia hacia el sur
global. También redunda en el propio interés del norte global». El riesgo de
aparición de nuevas variantes, ante las que las vacunas pueden ser menos
eficaces, «aumenta con las bajas tasas de vacunación».
Solo el 8 % de exportaciones
También la Alianza People’s Vaccine (vacuna de
la gente) ha alzado la voz con motivo de la cumbre bilateral de
esta semana. En su caso, denuncian que a finales de febrero la UE tirará 55
millones de dosis de vacunas, mientras que en lo que va de año solo ha donado a
África 30 millones.
«A pesar de presumir de tener una
relación especial con África, la UE, que es en la actualidad el mayor
exportador de vacunas, ha dado prioridad a la venta» de las dosis fabricadas en
su territorio «a las naciones ricas a precios desorbitados». Solo el 8 % de sus
exportaciones, aseguran, ha sido con destino a África. En el caso de Alemania
(sede de BioNTech), solo el 1 %. Solo este país ha recibido de la farmacéutica
3.200 millones de euros en ingresos fiscales, más de lo destinado por toda la
Unión a COVAX (3.000).
Fábricas en África… bajo monopolio
Al mismo tiempo, «Europa ha
bloqueado las diversas propuestas que permitirían a los fabricantes en África a
producir sus propias vacunas». Por ejemplo, la propuesta de suspender la
propiedad intelectual de vacunas, tests y tratamientos, lo que permitiría
fabricarlas como genéricos. «Las vacunas se financiaron con fondos públicos y
las fórmulas deberían compartirse con el mundo», apunta Ignacio Martínez,
investigador de Oxfam Intermón.
«Los borradores que se han filtrado
de la declaración de la cumbre muestran una división entre la UE y la UA, pues
esta última insiste en que se incluya» una referencia a esto, aseguran desde la
alianza. «La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, afirmó al
principio de la pandemia que la vacuna debería ser un bien público mundial. Por
el contrario, se ha asegurado de que fuera una oportunidad para el beneficio
privado», denuncia Joab Okanda, asesor principal de promoción panafricana de
Christian Aid.
People’s Vaccine es crítica
con la creación de fábricas de vacunas en África «bajo el control monopólico de
las empresas farmacéuticas europeas». Por ejemplo, BioNTech anunció
recientemente su plan de producir 50 millones de vacunas en África cuando estas
fábricas se encuentren plenamente operativas. Sin embargo, es «una cifra
inferior a la producción mensual de su fábrica en Alemania». Y además «no daría
a los países autonomía en el suministro».
Infraestructuras duraderas
SECAM y Justicia y Paz van más allá.
«No podemos pensar apoyar a los países del sur global únicamente con la entrega
de vacunas, sino también con la disposición de fondos para construir y
financiar una infraestructura que permita la rápida distribución de vacunas».
Esta infraestructura, «idealmente», tendría que diseñarse «para que pueda
seguir utilizándose después de la pandemia» para hacer frente a otros problemas
de salud y fortalecer «los sistemas de salud de manera permanente».
Tal como explica el vicepresidente de la SECAM, Sithembele Sipuka, muchos países carecen «incluso de infraestructuras sanitarias básicas. Esto no solo dificulta el tratamiento contra las pandemias, sino que también cuesta vidas. Varios miles de millones de personas, por ejemplo, no tienen acceso a cirugías sencillas que salvan vidas». Por ello, piden «un aumento significativo» de los fondos para fortalecer de forma sostenible los sistemas sanitarios. «La inversión en cobertura universal solo en este ámbito podría salvar millones de vidas».
Fuente: Alfa y Omega