Asimismo, el Santo Padre citó el pasaje del Evangelio de Marcos (cf. Mc 6,30-31), que relata cómo los apóstoles al regresar de la misión a la que Jesús los había enviado, volvieron a reunirse con Él: "Le contaron todo lo que habían hecho, todo lo que habían enseñado. Luego, Jesús los invitó a irse, solos con Él, a un lugar desierto a descansar un poco", dijo Francisco.
En
este contexto, el Pontífice señaló que el "ser Pastores de la Iglesia en
el contexto actual", también pide a los sacerdotes actuar de esta manera
fraterna, es decir compartiendo siempre los acontecimientos vividos.
El
amor al prójimo y el servicio a los demás
Por
otra parte, Francisco recordó que esta asamblea organizada por el Episcopado de
Venezuela de manera virtual a causa de la pandemia del Covid-19, "tiene
como objetivo permitir el encuentro de quienes han recibido la misión de
testimoniar y extender la paternidad del Señor en el pueblo santo fiel de
Dios".
Es por ello que el
Sucesor de Pedro indicó a sus participantes dos principios "que nunca se
deberían perder de vista", y que garantizan el crecimiento de la Iglesia
si nosotros somos fieles: "El amor al prójimo y el servicio de los unos a
los otros".
La
Eucaristía y el lavatorio de pies
Para
el Papa, se trata de dos principios "anclados en las dos instituciones que
Jesús lleva a cabo en la Última Cena", y que son el fundamento, por
decirlo de algún modo, de su mensaje: "La Eucaristía, para
enseñar el amor, y el lavatorio de pies, para enseñar el servicio. Amor y
servicio juntos, si no, no va".
Igualmente,
en su mensaje, el Obispo de Roma hizo hincapié en que el Señor quiere que
"seamos especialistas en la tarea de amar" a los demás,
"siendo capaces de mostrarles en la sencillez de pequeños gestos
cotidianos de cariño y atención, la caricia de la ternura divina".
Gracias
por dar testimonio en la pandemia
En
el video, el Papa invitó a sus hermanos sacerdotes y obispos de Venezuela a
seguir adelante, "trabajando con gozo y decisión, en su labor pastoral,
renovando el don de sí mismos al Señor y a su pueblo santo" y les
agradeció "el testimonio de amor y de servicio a los hermanos y hermanas
venezolanos", manifestado en su atención a los enfermos, a quienes han
llevado la fuerza de la palabra de Dios y la Eucaristía; sin olvidar el
acompañamiento que han ofrecido al personal médico, paramédico y voluntarios
que asisten a los pacientes en esta pandemia, "en su diligencia por socorrer
a los pobres y excluidos, por aquellos que carecen de lo necesario para
sobrevivir y salir adelante dignamente".
¡No
se fracturen hermanos!
"Gracias,
gracias por todo esto", reiteró Francisco, renovando con gratitud su
cercanía y oración con todos ellos, "que llevan adelante la misión de la
Iglesia en Venezuela, en el anuncio del Evangelio y en las numerosas
iniciativas de caridad hacia los hermanos extremados por causa de la pobreza y
la crisis sanitaria".
"A todos los
encomiendo a la intercesión intención de Nuestra Señora de Coromoto y de san
José", finalizó el Santo Padre invocando a Dios su bendición:
"Que el Señor bendiga y acompañe el trabajo de ustedes, las ilusiones de ustedes, los buenos deseos y, sobre todo, bendiga y acompañe la unidad de ustedes. No se fracturen hermanos. No se fracturen. Siempre hay una posibilidad de unirse; como también siempre hay una posibilidad de aislarse y crear una actitud del corazón sectaria, fuera de la unidad de la Iglesia", concluyó Francisco pidiendo a los sacerdotes, como es habitual, que no se olviden de rezar por él.
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