La imagen de Nuestra
Señora de Guadalupe se la llevó el huracán Alex y la ha devuelto el huracán
Hanna
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Alfonso Miranda | Twitter | Fair Use |
Durante
los últimos días del mes de julio, Monterrey, ciudad del noreste de México, ha
sido azotada por los remanentes del huracán Hanna, que llegó a la región en
forma de depresión tropical. Entre lluvias torrenciales, inundaciones, daños en
infraestructuras y varios fallecimientos, surgió una señal de esperanza: una
escultura de 12 metros de Nuestra Señora de Guadalupe, que fue bendecida por
san Juan Pablo II, emergió del lecho del río Santa Catarina después de 10 años
enterrada bajo lodo y piedras.
La
estatua fue creada en 1990 y erigida acompañada de una cruz aún más alta junto
al altar donde Juan Pablo II celebró una misa al aire libre para una multitud
que se extendía hasta donde alcanzaba la vista, el 10 de mayo, el Día de la
Madre. El Pontífice bendijo la estatua, que permaneció en ese lugar durante 20
años para conmemorar la visita papal.
Entonces,
el 30 de junio de 2010, el huracán Alex golpeó Monterrey. La tormenta vino
acompañada de un aguacero constante que dejó más de medio metro de agua en la ciudad
en menos de dos días. Las consecuencias fueron devastadoras. El río Santa
Catarina, que fluye a través del centro del área metropolitana, se desbordó,
destruyó puentes fundamentales y cambió permanentemente aspectos del paisaje y
la infraestructura. Murieron al menos 15 personas y, junto con los puentes y
carreteras, el agua se llevó también la querida escultura de Nuestra Señora de
Guadalupe.
Cuando
fue posible, representantes de la iglesia local buscaron la imagen, pero
encontraron que estaba enterrada bajo unos dos metros de rocas y lodo. Eso,
sumado al tamaño y el peso (10 toneladas) de la escultura, hacía de su
recuperación algo irrealizable. De modo que se elaboró una réplica y se colocó
aproximadamente en el mismo lugar.
Casi
exactamente 10 años después, a finales de julio de este año, los restos del
huracán Hanna azotaron la ciudad en forma de depresión tropical, trayendo una
vez más lluvias torrenciales e inundaciones. Aunque menos destructiva que Alex,
Hanna causó también al menos 3 muertes y daños localizados en infraestructuras,
según informes de los medios locales. Sin embargo, la elevación del agua y las
fuertes corrientes del río Santa Catarina también destaparon el rostro de la
escultura de Nuestra Señora de Guadalupe, que fue descubierta después de la
tormenta, el 27 de julio, por un trabajador de la construcción que buscaba
chatarra en el lecho del río, según informa El Universal.
El
arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera, describió el acontecimiento como “un
signo muy especial para los católicos, el cual nos llena de esperanza en un
futuro mejor”, según publica la revista de la archidiócesis, Pastoral
Siglo XXI. De inmediato se iniciaron las obras para destapar el resto de la
imagen.
Los
fieles, incluyendo los obispos auxiliares de la archidiócesis de Monterrey,
empezaron a visitar la imagen. Durante un breve periodo de tiempo, la imagen se
conoció popularmente como “la Virgen del Río”.
Una
vuelta de las lluvias causaron un ligero revés que volvió a cubrir la imagen
parcialmente con rocas transportadas por el río pero, a primera hora de la
mañana del 6 de agosto, la imagen fue extraída y llevada para su restauración.
El
destino de la escultura recobrada fue objeto de cierto debate público y
privado, pero se decidió que, después de ser restaurada, la imagen debería
regresar a su ubicación original junto al río, en el lugar donde Juan Pablo II
celebró la misa para la multitud. La réplica que había estado en su lugar
durante 10 años será ubicada en el terreno de una parroquia dedicada a María,
Reina de México.
En
el minuto 3:31 de este reportaje sobre el redescubrimiento de la imagen, puede
verse la escultura de Nuestra Señora de Guadalupe junto a la cruz y el altar
donde Juan Pablo II celebró misa.
Matthew
Green
Fuente:
Aleteia