Reig Pla
reconoce que le
"llamó la atención" que la asistencia religiosa no estuviese entre
los considerados como trabajos esenciales porque, a su parecer, es lo
"más esencial" para los creyentes durante "la agonía"
Monseñor Juan Antonio Reig Pla es obispo de Alcalá desde 2009 |
La diócesis de
Alcalá de Henares no interrumpió las misas durante la pandemia
de coronavirus y el estado de alarma, aunque con la dispensa
muchos fieles pudieron seguir las celebraciones por otras vías.
Su decisión fue
muy criticada y fue una de las pocas diócesis de los países europeos más
afectados que actuó de esta manera.
Monseñor Reig Pla ha defendido esta decisión.
En primer lugar porque el
Estado de Alarma no obligaba ni a cerrar templos ni a suspender misas, y
porque además siguió una política de “precaución” haciendo pruebas PCR a sus
sacerdotes.
"¿Había alguna dificultad, en estos textos oficiales, para que se
pudiera celebrar el culto en las iglesias? Ninguna. Por tanto,
dije a los sacerdotes: ya que van a restringir la movilidad, nosotros hacemos
lo mismo que hacíamos antes, pero como los grupos van a ser más pequeños,
aumentemos si es necesario el número de misas", afirma el obispo de Alcalá
en una entrevista con Mundo Cristiano que recoge Europa Press.
¿Por qué lo hizo? Según Reig Pla para “custodiar el derecho de los
fieles” y “poner en evidencia la libertad de la Iglesia”. En su
opinión, “como cedas en una parte, acabas cediendo en todo”.
El obispo asegura que para él “era muy importante salvaguardar
la libertad de la Iglesia en la sociedad, siempre con una exquisita
mirada a las disposiciones de carácter sanitario, de precaución. Los sacerdotes
han estado desinfectando los bancos, limpiando el suelo, los vasos
sagrados", señala.
Además, informa que en su diócesis no ha fallecido ningún sacerdote del clero
secular y de las parroquias de Alcalá de Henares. Cuando fue posible
convocó a todos los sacerdotes para hacerse una prueba PCR en el mismo
obispado, para descartar que estuvieran contagiados por el coronavirus.
Sin embargo, Reig Pla asegura que en el marco de la
pandemia sí han fallecido dos sacerdotes mayores por otras circunstancias y
siete en la residencia de mayores de los jesuitas. "Allí ha sido duro", asegura.
Reig Pla reconoce que le "llamó la atención" que la asistencia religiosa no
estuviese entre los considerados como trabajos esenciales porque, a su
parecer, es lo "más esencial" para los creyentes durante "la
agonía".
A su juicio, esta pandemia es "un momento de
prueba" porque "pone en evidencia la propia fragilidad". "El Señor consiente estas
cosas para nuestra reflexión, para que consideremos cómo estamos viviendo o qué
criterios orientan nuestra vida", ha indicado. También añade que
es "un tiempo de gracia, porque el Señor es el único que del mal puede
sacar bien".
Esta emergencia, según precisa, llama a la sociedad
a replantearse diversos aspectos como "el individualismo", que
"propone que la persona viva de forma autónoma, desvinculada incluso de su
propio cuerpo (puede hacer con él lo que quiera), de la familia, de la
tradición, de Dios" y "de su patria". También asegura que invita
a "reconsiderar el
valor de toda vida humana".
Fuente: ReL