HÁBITOS DE LAS PERSONAS FELICES

La felicidad no es algo que se consigue de pronto, es fruto de vivir en el bien, en la bondad y en el amor y, por supuesto, de evitar el mal

La felicidad es producto de nuestros hábitos buenos, de nuestro estilo y de nuestra visión de la vida. ¿Qué hacen las personas felices para serlo? ¿Será que de verdad no tienen problemas? No lo creo.

La felicidad es un movimiento interior del espíritu, una decisión y una actitud de vida. Es decir, yo elijo ser, ponerme feliz, a pesar de mis circunstancias.

Es una delicia estar cerca de personas felices que han hecho de estos hábitos su estilo de vida. Literal, son seres que atraen como abejas a las flores.

  • Las personas felices eligen ser felices. Viven con una actitud positiva. Aunque la infelicidad les cae por sorpresa eligen verle el lado amable al asunto por medio de su optimismo “real”, aterrizado y no soñador. Gran parte de su felicidad bajo estas circunstancias está determinada por su buen hábito de tener pensamientos y actitud positiva y poner acción en busca de soluciones.
  • Las personas felices saben y aceptan que en esta vida no todo depende de ellos. Hacen lo que les corresponde de acuerdo a sus capacidades y lo demás se lo dejan a Dios.
  • Las personas felices rezan. Así es. Su vida espiritual religiosa es la base de su parte humana. Su fe es su sostén.
  • Las personas felices evitan culpar al mundo de sus problemas o de las circunstancias y se hacen responsables de la parte que les corresponde con el fin de crear una vida mejor para sí mismos y para su entorno.
  • Las personas felices buscan el bien común, no solo el bien personal. Sirven al prójimo por amor y sin más interés que la felicidad del otro. Encuentran en el servicio parte esencial del sentido de sus vidas.
  • Las personas felices evitan las críticas temerarias, tanto hacia su persona como hacia terceros. Detestan los chismes y las murmuraciones. Están tan ocupadas en ser felices que no pierden el tiempo en meterse en la vida de los demás.
  • Las personas felices evitan quejarse por todo y para todo y mejor toman medidas, buscan soluciones. Procuran no enfocarse en lo grande que es el problema, sino en la vasta cantidad de soluciones y así encontrar la manera de superarlos.
  • A las personas felices el rol de víctimas ni en disfraz. Verse como víctimas de su destino ¡jamás! Mejor eligen ser creadores de este y hacer así una diferencia positiva en sus vidas. Viven en el presente. Su lema es: “Señor, pasado tu misericordia y el futuro tu providencia”. Son personas convencidas de que el momento presente es el único momento que realmente es.
  •  Las personas felices evitan la envidia y la competencia egoísta. Su mayor competición es ellos mismos. Son personas profundamente sociales que les encanta servir y sentirse útiles. Todo esto les supone que la alegría puede nacer de la cooperación, de entregarse a los demás sin reservas y de compartir.
  • Las personas felices fácilmente confían en los demás porque ellos también son seres confiables. Tienen el corazón siempre abierto porque están claros que la amistad, la confianza y el amor son imperantes en nuestra vida para ser felices.
  • Las personas felices son seguras de sí mismas porque reconocen su valor y dignidad como personas. No buscan constantemente la aprobación ni el permiso de los demás para sentirse amados, apreciados o aceptados. Piensan por sí mismas porque han sabido hacer buen uso de su libertad con responsabilidad.
  • Las personas felices están en continuo crecimiento– espiritual, intelectual, emocional- porque están convencidos de que entre más preparados estén mejor pueden servir al mundo. Se establecen objetivos claros para aprender y mejorar.
De verdad, ser felices no es solo un derecho, sino una obligación que está al alcance de todos. Solo hay que elegir serlo. Y siempre recuerda que la felicidad no es algo, si no Alguien. Así con “A” mayúscula.

 Luz Ivonne Ream

Fuente: Aleteia