El bien de los individuos
y de las comunidades, en todo nivel, pasa por el bien de todos, y por lo tanto,
por el bien de cada uno de los demás, dijo el Papa Bergoglio
Audiencia
del Papa a los Directivos y empleados del Grupo de los Ferrocarriles
Estatales
(Vatican Media)
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Al
recibir a los Directivos y empleados del Grupo de los Ferrocarriles Estatales,
que celebran el primer decenio de la Alta Velocidad en Italia, Francisco les
agradeció su servicio al bien común, invitándolos asimismo a evitar una
discriminación entre usuarios más o menos afortunados
Al
final de la mañana de ayer, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el Papa
Francisco recibió en audiencia a los casi cuatrocientos Directivos y empleados
del Grupo “Ferrovie dello Stato Italiane”, es decir de la empresa estatal de
ferrocarril.
En
su alocución, tras agradecer las amables palabras que le había dirigido el Dr.
Battisti en nombre de los presentes, el Santo Padre afirmó que los
Ferrocarriles Estatales son un medio de transporte y conexión fundamental para
el país, además de representar un apoyo e incentivo para el desarrollo
económico y social. Y añadió que constituyen una articulación capilar que une
las distintas zonas del país tanto desde el punto de vista práctico como ideal,
fomentando el intercambio de personas y bienes, de experiencias y
conocimientos, de cultura y de riqueza.
Responsabilidad en nombre
de la comunidad
Además,
el Papa puso de manifiesto que como gerentes tienen una gran responsabilidad en
nombre de la comunidad, tanto hacia los empleados, como hacia quienes utilizan
el tren como medio de transporte, extendiéndola incluso al conjunto de la
sociedad, ya que la calidad del transporte ferroviario afecta numerosas
dinámicas sociales, sin olvidar las perspectivas económicas del propio país.
Aludiendo
a la amplia gama de cuestiones que les han sido asignadas, desde la seguridad
en el trabajo hasta la gestión de los contratos, o la sostenibilidad
medioambiental, Francisco manifestó su deseo de que cumplan lo que se les ha
pedido con pasión, para trabajar con ese plus de cuidado, disponibilidad y
creatividad que es propio de quien aman las realidades y las personas a las que
sirven.
Primera década de la Alta
Velocidad
Y
al recordar que este año se celebra la primera década de la Alta Velocidad, una
obra pública de importancia estratégica, que proporciona un vínculo esencial a
lo largo de los principales ejes del país y que cada día ofrece a miles de
pasajeros un servicio de alta calidad, el Santo Padre destacó que los progresos
realizados y las innovaciones introducidas en este corto período son realmente
sensacionales, gracias al aumento de la velocidad de viaje, de los servicios y
del confort para los pasajeros y a la interacción cada vez más fuerte con los territorios
y otros medios de transporte junto al gran desarrollo de las estaciones de alta
velocidad.
Teniendo
en cuenta esta rápida evolución que es el resultado de una planificación
cuidadosa y prudente, de la que estos directivos, junto con la alta dirección
de la empresa, son sus intérpretes y promotores, el Papa reflexionó acerca de
esta “sociedad en rápida evolución” en la que es imprescindible – dijo –
“formular un plan de acción claro, inspirado en una visión del futuro que se
está construyendo, que se adapte gradualmente a las nuevas circunstancias”.
Y
añadió que esta visión es el resultado de un estudio en profundidad, que
requiere la colaboración de expertos y un conocimiento profundo de la dinámica
de la sociedad, a cuyas necesidades quiere responder. A la vez que destacó que
más que en el pasado, debe ser una visión global de la realidad y de los problemas,
porque nunca antes había sido necesario reconocer que los individuos, los
grupos, las comunidades locales y los Estados no son realidades por sí mismas;
sino que “la globalización nos pone frente a la urgente necesidad de trabajar y
pensar juntos, porque no somos islas, sino más bien puntos de conexión”.
Mediante
una analogía el Papa Bergoglio afirmó que “somos, de diferentes maneras y cada
uno según su posición, empalmes”. Sí, porque “el empalme pone en conexión,
permite el paso de un camino a otro, de una vía a otra”; y quien hace de
empalme, “no sólo piensa sólo para sí mismo, sino que multiplica las relaciones
y los proyectos compartidos, sabiendo que el bien de los individuos y de las
comunidades, en todo nivel, pasa por el bien de todos, y por lo tanto, por el
bien de cada uno de los demás”.
Tres cualidades de los
Ferrocarriles Estatales:
Hacia
el final de su discurso a los Directivos y empleados de este Grupo Estatal
Francisco les expresó su deseo de que los ferrocarriles italianos tengan tres
cualidades: que puedan ser cada vez más atractivos, sostenibles y solidarios.
Atractivos
Y
explicó que deben ser atractivos porque capaces de atraer inversiones, mejorar
la calidad, fomentar el comercio y generar nuevas realidades empresariales;
además de cada vez más bellos, lugares donde las personas se sientan acogidas y
a gusto, y donde sea agradable volver.
Sostenibles
El
transporte ferroviario debe ser cada vez más sostenible, tanto porque resulte
económico para el mundo de los negocios como para los ciudadanos, cuanto
respetuoso del territorio que atraviesa y de las comunidades a las que implica.
Sin olvidar la sostenibilidad desde el punto de vista medioambiental. Aspecto
acerca del cual el Papa los elogió por su empeño, que hace que el tren sea el
vehículo con un impacto mucho menor, si lo comparamos con el de los automóviles
o los aviones.
Solidarios
Por
último, el Santo Padre agregó que los ferrocarriles que piensan en el futuro
próximo deberían ser cada vez más solidarios, a fin de favorecer a las familias
y facilitar a los más necesitados debido a su edad avanzada, a sus limitaciones
físicas o a sus bajos ingresos. De manera que los ferrocarriles deberían
velar para que ningún centro quede excluido y, por lo tanto, marginado y
empobrecido.
Se
trata de un desafío que ciertamente no depende sólo de estos Dirigentes, les
dijo el Papa, puesto que requiere la concomitancia de muchos factores,
incluyendo la disponibilidad de grandes inversiones. Sin embargo, les recordó
que deben comprometerse para garantizar que la oferta ferroviaria no conduzca a
la discriminación entre los usuarios más o menos afortunados, más o menos
capaces de permitirse un viaje cómodo y digno. Compromiso en el que ya
participan activamente y que responde a los principios de igualdad y no
discriminación, que representan los puntos principales de su Código Ético.
María
Fernanda Bernasconi – Ciudad del Vaticano
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