Discurso
del Santo Padre a las participantes en la 1° Asamblea General de Talitha Kum,
la Red Internacional de la Vida Consagrada contra la Trata de Personas
“En la lucha contra la trata, las
Congregaciones religiosas están realizando de modo ejemplar su tarea de
animación carismática de las Iglesias locales. Sus intuiciones e iniciativas
pastorales han trazado el camino para una respuesta eclesial urgente y eficaz”,
lo dijo el Papa Francisco a las participantes en la 1° Asamblea General de Talitha Kum, la
Red Internacional de la Vida Consagrada contra la Trata de Personas, a quienes
recibió en audiencia la mañana de este 26 de septiembre, en la Sala del
Consistorio del Vaticano.
Una intuición misionera de
las religiosas
Al
inicio de su discurso, el Santo Padre recordó la “intuición misionera” de
la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG),
para fundar en 2001, Talitha Kum, y que hoy se presenta como una Red
Mundial que coordina los esfuerzos de los Institutos de Vida Consagrada
comprometidos contra la trata de personas. “En apenas diez años – precisó el
Pontífice – han logrado coordinar 52 redes de religiosos presentes en más de 90
países de todos los Continentes. Los números de su servicio hablan por sí
solas: dos mil operadores, más de quince mil víctimas de la trata asistidas y
más de doscientas mil personas a las que se llega a través de actividades de
prevención y sensibilización”.
A la vanguardia de la
acción misionera
En
este sentido, el Papa Francisco resaltó la importancia del trabajo que están
realizando en este ámbito tan complejo y dramático. “Una obra que une la misión
y la colaboración entre los Institutos. Ustedes han elegido estar en primera
línea. Por eso – precisó el Papa – merecen reconocimiento las numerosas
Congregaciones que han trabajado y trabajan como ‘vanguardias’ de la acción
misionera de la Iglesia contra el flagelo de la trata de personas”.
Complejos y urgentes
desafíos
El
Santo Padre recordando el objetivo principal de esta primera Asamblea, que es
el de evaluar el camino recorrido e identificar las prioridades misioneras para
los próximos cinco años, resaltó los dos temas principales que han puesto al
centro de las reflexiones sobre la trata de personas. “Por un lado, las grandes
diferencias que todavía marcan la condición de la mujer en el mundo, derivadas
principalmente de factores socioculturales. Por otro lado – subrayó el
Pontífice – los límites del modelo de desarrollo neoliberal, que con su visión
individualista corre el riesgo de privar de responsabilidad al Estado”. Sin
duda, afirmó el Papa, se trata de desafíos complejos y urgentes, que requieren
respuestas adecuadas y eficaces, los cuales han sido afrontados en su asamblea,
buscando propuestas de soluciones y destacando los recursos necesarios para
realizarlos.
Servicio a las víctimas de
la trata
Asimismo,
el Papa Francisco hablando de los desafíos que se deben afrontar, recordó la
“Guía Pastoral sobre la Trata de Personas”, publicada por la Sección de
Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano
Integral, un documento que explica la complejidad de los desafíos actuales y
ofrece indicaciones claras para todos los agentes pastorales que deseen
involucrarse en este ámbito. En este sentido, el Santo Padre renovó su aliento
a “todos los Institutos femeninos de vida consagrada que han dispuesto y
apoyado el compromiso de sus hermanas en la lucha contra la trata y en la
asistencia a las víctimas”. Asimismo, el Papa invitó a otras Congregaciones
religiosas, tanto masculinas como femeninas, a adherir a esta obra misionera,
brindando un servicio personal y recursos para que puedan llegar a todos los
lugares.
Promover un compromiso
sinérgico
Por
ello, el Santo Padre alentó a promover un compromiso sinérgico por parte de las
diversas realidades eclesiales. Si bien es cierto, afirmó el Pontífice, la
responsabilidad pastoral es confiada esencialmente a las Iglesias locales y a
los Ordinarios, es de esperar también que éstos puedan participar en la
planificación y en la acción pastoral de las Congregaciones religiosas
femeninas y masculinas y de las Organizaciones católicas presentes en su
territorio, a fin de que el trabajo de la Iglesia sea más oportuno y eficaz.
“En la lucha contra la trata, las Congregaciones religiosas están llevando a
cabo su tarea de animación carismática de las Iglesias locales de manera
ejemplar. Sus intuiciones e iniciativas pastorales han trazado el camino para
una respuesta eclesial urgente y eficaz. Sin embargo – agregó el Pontífice –
quiero reiterar que el camino de la vida Consagrada, tanto femenina como
masculina, es el camino de la inserción eclesial. Fuera de la Iglesia y en
paralelo con la Iglesia local, las cosas no funcionan”.
Renato
Martínez – Ciudad del Vaticano
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