El Vaticano autorizó la ordenación de un seminarista de Garzón, Colombia.
En mayo, el papa Francisco permitió que el polaco Michel Los, también enfermo
de cáncer, recibiera el orden sacerdotal
Seminario Diocesano Maria Inmaculada |
Diego Omar Peña
Navia recibió la gran noticia mucho antes del tiempo previsto para la
ordenación sacerdotal, un período que regularmente tarda nueve años. Sin
embargo, él sostiene que no la había buscado ni la esperaba en momentos en que
todos los dictámenes científicos indican que está en la fase final de su
enfermedad, un cáncer nasofaringe.
Si bien se
había emocionado con la decisión del pontífice de permitir que el seminarista
Michel Los se convirtiera en sacerdote en su lecho de enfermo en el Hospital
Militar de Varsovia, en mayo pasado, este seminarista de 23 años nunca
imaginó que pocos meses después recibiría una noticia similar. Con voz
pausada y una asombrosa tranquilidad ante las cámaras de televisión, Diego Omar
es consciente de que su caso —como el de Michel— es una “noticia mundial”,
aunque cada vez que se le insiste no se cansa de decir que no quiere
reconocimientos personales: “Nunca pedí la ordenación… fue Dios quien
la quiso para mí. Es Él en su infinita bondad quien se ha manifestado de esta
manera”.
Su enfermedad
se manifestó cuando tenía 16 años y era un joven que salía a bailar, tenía
amigas, jugaba fútbol, casi nunca iba a misa y recorría en motocicleta las
calles de su pueblo, Saladoblanco (departamento del Huila, en el sur de
Colombia). En ese entonces decidió volver a la iglesia en donde un domingo
sintió que durante la eucaristía “había sido sanado”. A partir de
ese momento —relató Peña Navia al periodista Humberto Sosa, del Canal
SanTV— “nació mi vocación sacerdotal y decidí entregarme al Señor”.
Poco después
ingresó al Seminario Diocesano María Inmaculada, en Garzón, en
donde ya recuperado empezó sus estudios para convertirse en sacerdote y seguir
los pasos de José Ervin, su hermano mayor. Durante cuatro años el seminarista
cumplió a cabalidad con el exigente programa académico de uno de los seminarios
más prestigiosos de Colombia, pero de nuevo, el cáncer lo atacó en 2019 con tal
fiereza que debió repartir su tiempo entre los estudios, viajes a Bogotá,
consultas con decenas de especialistas, exámenes extenuantes y un diagnóstico
terrible: la enfermedad había avanzado y debía prepararse para lo peor.
Aun así, siguió
aferrado a Dios, a las oraciones y a la voluntad divina. Diego Omar lo dice con
tranquilidad y sin dramatismos: “Ha sido lo más hermoso que me ha
pasado, no porque me hayan llamado a ser cura, que de por sí es mucha alegría,
si no porque la enfermedad me ayudó a descubrir el amor de Jesucristo. Él ha
manifestado su obra en mí y también lo quiere para la vida de los demás”.
“Morir con la casulla puesta”
El futuro
sacerdote afirma que no le tiene miedo a la muerte, pero sí al dolor y al
sufrimiento físico que pueda sentir como consecuencia del ataque final de la
enfermedad y la inoperancia de los medicamentos. “Si llegara la muerte
en este momento y estuviera ante la presencia de Jesucristo, eso me haría muy
feliz, aunque sé que soy un gran pecador y que aun no estoy modelado como
quisiera Dios, por ejemplo, como un gran santo, tipo el cura de Ars”, recalcó
el seminarista colombiano.
Por eso señala
que le ha pedido a Dios, a la Virgen y al beato Pedro María Ramírez Ramos
—el Mártir de Armero, quien estudió en el mismo seminario de
Garzón— que le den mucha fuerza para soportar el dolor.
“Estoy en manos
de Dios y si para mí las cosas se llegaran a poner muy graves, le he rogado que
me llene de fortaleza para asumir el dolor con mucho amor, aunque mis dolores
han sido pequeños frente a gente que sí ha sufrido de verdad”, admitió Diego
Omar sin vacilar.
En la
entrevista con el Canal SanTV confesó que hace poco habló con
su hermana Claudia sobre la inminencia de su deceso. Su explicación fue
sincera: “Quiero morir con la casulla puesta, porque morir siendo
sacerdote vale todo, tal como murió el padre polaco (Michel Los)”. Agregó
que al ser llamado para este camino se siente feliz de “que se haga la voluntad
de Jesucristo, no importa que sea luego de la ordenación o después, si Dios me
da un poco más de tiempo”.
El obispo de
Garzón, monseñor fray Fabio Duque Jaramillo, confirmó este lunes que la
Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, concedió
la ordenación diaconal y sacerdotal de Diego Omar antes de concluir todo su
tiempo de formación “porque desde hace varios meses está padeciendo una
enfermedad terminal que le ha unido y configurado de manera especial con
nuestro Señor Jesucristo, muerto y resucitado”.
Al explicar que
se “es presbítero para esta vida y la eternidad”, el obispo
manifestó que el seminarista recibirá el sacramento del orden por sus signos de
fe, su madurez en la vida cristiana y la manera como ha enfrentado la
enfermedad.
La ceremonia de
ordenación como diácono será el miércoles 21 de agosto en el Seminario María
Inmaculada. Al día siguiente, en la catedral de Garzón, en ceremonia abierta a
todos los fieles, Diego Omar se convertirá en sacerdote.
Su sueño de
adolescente de oficiar la primera misa en su pueblo natal será pocos días
después en la parroquia de Saladoblanco. Allí volverá a reunirse con Omar
Alfonso y Hortensia, sus padres, y con Ervin y Claudia, sus hermanos.
Vicente Silva
Vargas
Aleteia Colombia