La “Santa Patrona de lo Imposible” siempre ha
estado asociada con lo milagroso
Santa Rita de Casia fue una mujer humilde y
santa que vivió en el siglo XV. Tanto durante su vida como después de su
muerte, santa Rita fue una poderosa intercesora, siempre rezando por los más
necesitados.
Tras morir de tuberculosis, Rita
fue casi de inmediato vinculada a múltiples milagros. Según el escritor Bert
Ghezzi, “tres días después, Domenico Angeli, un notario de Casia, registró once
milagros que ocurrieron justo tras la muerte de la santa”.
Desde entonces, ha sido
ampliamente reconocida como intercesora milagrosa, con innumerables milagros
que ocurrieron a través de su intercesión celestial, en especial en causas
imposibles.
Sin embargo, no fue hasta el
1900 que Rita fue oficialmente canonizada. Hicieron falta tres milagros
increíbles para preparar el camino de su canonización, demostrando que los
fieles pueden rezar sin dudarlo a esta poderosa santa. Aquí hay un registro de
estos tres milagros, según se notificaron en el decreto oficial de
canonización.
El
primer milagro consiste en un aroma agradable que emana de los restos del
cuerpo de la Santa, cuya existencia está confirmada por muchos testigos de
confianza y tradición fiable, de modo que dudar de este hecho sería absurdo;
además, no puede darse causa natural a la existencia de este olor, como vemos
en la investigación física que ha sido realizada por hombres de la mayor
habilidad en estos temas. Es más, este perfume se dispersa de una manera por
encima de las leyes habituales de la naturaleza. De ahí que deberíamos
convencernos de que esta fragancia tiene su origen en la intervención divina.
Otro
milagro le sucedió a Elizabeth Bergamini, una joven con riesgo de perder la
visión a causa de la viruela. Sus padres, tras la certidumbre de los médicos de
que la enfermedad de la joven era tan grave que la ayuda médica sería inútil,
decidieron enviarla al convento de San Agustín en Casia, suplicando con fervor
a santa Rita que librara a su hija de la ceguera. A su llegada al convento, la
niña iba vestida con un vestido votivo en honor de santa Rita. Después de
cuatro meses, cierto día Elizabeth gritó que podía ver. Junto con las monjas,
empezó de inmediato a dar gracias a Dios por provocar este milagro a través de
santa Rita.
El
tercer milagro le ocurrió a Cosimo Pelligrini, que sufría de gastroenteritis
catarral crónica y de una aflicción hemorroidal tan grave que no había
esperanzas de recuperación. Un día, al volver de la iglesia se sintió tan débil
por un nuevo ataque de su insoportable enfermedad que estaba rayano a la
muerte. Los médicos reunidos le ordenaron recibir los últimos Sacramentos, que
recibió postrado en la cama con todo pronóstico de estar próxima su muerte,
cuando de repente pareció ver a santa Rita en actitud de bienvenida. Acto
seguido le regresaron su anterior fortaleza y apetito y en un periodo de tiempo
muy corto fue capaz de hacer las labores de un hombre joven, aunque ya era un
hombre de edad avanzada, septuagenario.
Aquí tenéis una oración
tradicional a santa Rita para su intercesión en causas imposibles.
Oh
Santa Patrona de los necesitados, Santa Rita, cuyas plegarias ante el Divino
Señor son casi irresistibles, quien por la generosidad en otorgar favores has
sido llamada Mediadora de los sin esperanza e incluso de lo Imposible; Santa
Rita, tan humilde, tan pura, tan mortificada, tan paciente y de tan compadecido
amor por Jesús Crucificado que podrías obtener de Él cualquier cosa que Le
pidas. A cuenta de esto recurrimos confiados a ti, esperando, si no siempre
alivio, al menos consuelo. Sé favorable a nuestra petición, mostrando el poder
de Dios a nombre de este/a suplicante, sé generosa con nosotros, como lo has
sido en tantos casos maravillosos, para la más grande gloria de Dios, por la
divulgación de tu propia devoción y por el consuelo de aquellos que confían en
ti.
Prometemos,
si nuestra petición es concedida, glorificar tu nombre, informando del favor
concedido, para bendecir y cantar tus alabanzas por siempre. Confiando entonces
en los méritos y poder ante el Sagrado Corazón de Jesús, te rogamos: [mencionar
petición]. Reza por nosotros, oh Santa Rita, para que seamos dignos de las
promesas de Cristo.
Philip
Kosloski
Fuente:
Aleteia