No es casual que al comienzo de la vida pública de Jesús haya una ceremonia de boda, porque en Él Dios se ha casado con la humanidad
En
el Ángelus de este día, el Papa Francisco, retomando al evangelista Juan, en el
pasaje de las bodas de Caná, muestra cómo se estipula una Nueva Alianza y a los
servidores del Señor, o sea a toda la Iglesia, se les confía la nueva misión:
“Hagan lo que él les diga”
“Señales”
A
partir de este domingo, hemos dejado el tiempo litúrgico de Navidad y hemos
comenzado el “ordinario”, que como lo dice el Papa, es el tiempo para seguir a
Jesús en su vida pública y en la misión por la cual el Padre lo envió a este
mundo.
Comenta
el Papa Francisco que “En el Evangelio de hoy (cf. Jn 2, 1-11) encontramos el
relato del primero de los milagros de Jesús, que el evangelista Juan llama
"señales". El primero de estos prodigiosos signos tiene lugar en el
pueblo de Caná, en Galilea, durante una fiesta de bodas. No es casual que al
comienzo de la vida pública de Jesús haya una ceremonia de boda, porque en Él
Dios se ha casado con la humanidad".
Intimidad nupcial
El
Papa nos invita a contemplar cómo en Jesús, “Dios se ha casado con la
humanidad: esta es la buena noticia, aunque los que lo han invitado aún no
saben que en su mesa está sentado el Hijo de Dios y que el verdadero novio es
Él. De hecho, todo el misterio del signo de Caná se basa en la presencia de
este novio divino que comienza a revelarse”.
En
este contexto, retoma el Papa, “Jesús se manifiesta como el novio del pueblo de
Dios, anunciado por los profetas, y nos revela la profundidad de la relación
que nos une a él: es una nueva Alianza de amor”.
La alegría del banquete
Nos
advierte el Papa que “Al convertir en vino el agua de la tinaja utilizada
"para la purificación ritual de los judíos" (v. 6), Jesús hace un
signo elocuente: transforma la Ley de Moisés en el Evangelio, portador de alegría”.
La
actitud de María debe ser nuestra actitud de Iglesia: confiada pero activa.
Supone el milagro, pero también supone nuestra acción.
El
Papa reflexiona: “Las palabras que María dirige a los sirvientes vienen a
coronar el cuadro conyugal de Caná: "Lo que él te diga, hazlo" (v.
5). Incluso hoy, la Virgen María nos dice a todos: “Hagan lo que él les diga”.
Estas palabras son una herencia valiosa que nuestra Madre nos ha dejado. Y los
siervos obedecen en Caná. Jesús les dijo: “Llenen de agua esas tinajas”. Y las
llenaron hasta el borde. Entonces les dijo: “Saquen ahora un poco y llévenselo
al mayordomo”.
La
respuesta es la sorpresa alegre: “has guardado el vino mejor hasta ahora”. (v.
10).
Francisco
profundizó en esta reflexión y animó a todos a que cuando "el vino
personal se nos termine", busquemos a María. Ella será portadora de
nuestra necesidad y nos dirá: "Hagan lo que Jesús les diga". El
camino para colmar nuestras necesidades es Jesús. Él nos dará la alegría del
vino nuevo, de la vida nueva.
La misión de todo
cristiano
En
esta boda, afirma el Papa, “realmente se estipula una Nueva Alianza y a los
servidores del Señor, o sea a toda la Iglesia, se les confía la nueva misión:
“Hagan lo que él les diga”. Servir al Señor significa escuchar y practicar su
palabra. Es la recomendación simple y esencial de la Madre de Jesús, es el
programa de vida del cristiano”.
Oración por las víctimas
de Colombia y del Mediterráneo
El
Pontífice recordó, con mucho sentimiento, los dos dolores que hay en su corazón:
Colombia y las 170 víctimas del Mediterráneo. Tuvo presente a las víctimas del
atentado a la Escuela de Policía en Colombia, así como a las víctimas de un
naufragio en el Mediterráneo: "pienso en las 170 víctimas del
Mediterráneo. Son víctimas de traficantes de seres humanos". Pidió orar
por todos.
Unesco: Jornada
Internacional para la Educación
El
24 de enero se celebra también la primera Jornada Internacional de la
Educación, instituida por las Naciones Unidas para evidenciar y promover el
papel esencial de la educación en el desarrollo humano y social. El Papa animó,
en este ámbito, el esfuerzo de la UNESCO, por permitir que aumente la paz en el
mundo mediante la educación, y deseo que esta sea accesible para todos y que
sea integral y libre de colonizaciones ideológicas. Una oración y un augurio a
todos los educadores y educadoras: ¡Buen trabajo!
El
Papa finalizó este momento de oración saludando a “los grupos parroquiales
de Barcelona y de Polonia; a los alumnos y profesores de Badajoz, España; y las
numerosas chicas de Panamá – ¡han venido a llevarme!
Saludo
a los fieles de Nereto y de Formia; y los de los Santos Fabián
y Venancio en Roma; y a los jóvenes de San José de la Paz en Milán.
Un
saludo especial a la Asociación Italiana Amigos de Raúl Follereau y a las
personas enfermas de lepra, así como a cuantos le están cercanos en su camino
de sanación y de rescate humano y social.
Deseo
a todos un feliz domingo. Por favor no se olviden de rezar por mí”.
Manuel
Cubías – Ciudad del Vaticano
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