Jornada
agotadora
Hola,
buenos días, hoy Matilde nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
La
semana pasada, la Madre Priora nos avisó:
-Mañana quitamos todos los nacimientos y los adornos de Navidad.
-Mañana quitamos todos los nacimientos y los adornos de Navidad.
Todas,
desde por la mañana, muy laboriosas, comenzamos a desmontar casitas, figuras,
montañas, cielo y estrellas… Y lo que es más pesado: tablones, cajones, cajas,
telas, etc… Cada una sabía lo que tenía que hacer y todas en equipo… ¡Pim, pam,
pum!... Aquí y allá, haciendo viajes para ir guardando todo en su sitio, ¡que
no es trabajo pequeño!... ¡Y sin parar varias horas!…
Claro,
al final del día, estábamos “reventadas”, cada una según su resistencia, unas
más y otras un poco menos, pero todas muy cansadas...
Al
llegar a la oración de la tarde, yo no podía con mi alma… Y pensé, hablando con
el Señor: “Hoy, mi oración será de descansar en tu pecho y estar ahí
reponiéndome de la fatiga…” Pero Jesús, que es rico en misericordia, me regaló
una frase de un salmo lanzada directamente a mi corazón, sin pasar por la
cabeza: “Yo te amo, Señor, Tú eres mi fortaleza...” Y me puse a rezarla a
breves intervalos…. Si Jesús me la había regalado, es que le gustaba que se la
repitiera… ¡además, tampoco tenía fuerzas para hacer otra cosa!
Y
estuve la hora entera así, descansando en esta bella plegaria, sin prisa, pero
sin pausa… Y, cuando acabó el rato del silencio comunitario, me di cuenta de
que podría haber estado así otra hora, y otra, y más… ¡Qué paz!...
Después,
al día siguiente, veía que aun en los peores momentos, en los que uno cree que
no puede más, Jesús siempre está a la puerta de nuestro corazón, dispuesto a
regalarnos su Palabra breve, pero llena de unción…
¡Ojalá
que esa debilidad de nuestro cansancio, dejara abierta nuestra puerta para que
Él entrara y nos regalara su fuerza y su descanso!...
Hoy,
el reto del amor es poner nuestro día, quizás agotador, en manos de Jesús, y
dejarLe hacer, para recibir amor y fuerza para continuar nuestra vida…
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma