El
mal se vence a fuerza de bien
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hace
unos 20 días me regalaron una impresora pero, entre unas cosas y otras, no la
había sacado de la caja. La verdad es que pensaba que solo llevaba una semana
en el convento pero, al mirarla, vi que el paquete llegó el 2 de noviembre...
Lo
cierto es que seguía tirando de la impresora vieja hasta que ya no funcionó, y
tuve que ponerme a instalar la nueva.
Mi
sorpresa fue que, al mirar la caja, descubrí que tenía un golpe grandísimo. Sin
querer darle importancia, la saqué, la monté y puse los cartuchos. Justo
entonces tuve que irme al rosario pero, al volver y querer configurarla, me
encontré con que no había manera de encenderla.
“¡Menudo
lío!”, me dije, “¡Ya me he quedado sin impresora!”
Como
se me había pasado el plazo de 15 días para revisar, me planteé escribir un
correo y pedir cursar la garantía.
Así
lo hice. Al poco me contestan que les extraña que se lo comunique después de
tantos días de la entrega, y acaban diciéndome:
“No
es creíble”.
Esta
frase de ‘no es creíble’ me cayó como un jarro de agua fría. “¡Pero, ¿qué se
creen?! ¿¿Que les estoy mintiendo o que les quiero timar??”
Me
salió un enfado enorme por dentro, y pensé: “Esto no queda así... Les voy a
volver a escribir y se van a enterar...”
Pero,
al día siguiente, en la Eucaristía, el Señor me dijo que no contestara al mal
con el mal, que el mal “se vence a fuerza de bien”.
Una
vez más, las armas se quedaron a los pies del Sagrario... y escribí un mensaje
distinto al que había pensado:
“Buenos
días.
Me
presento: me llamo sor Leticia, y soy monja de clausura. Quería comentarles que
me ha parecido muy dura su respuesta, “no es creíble”. En ningún momento les he
querido engañar ni mentir. No les pido que me cambien la impresora, porque sé
que el plazo de comprobarla ha terminado; solo pido cursar la garantía, que
creo que entra dentro de la compra.
Actitudes
tan duras solo generan más violencia, pero entre todos podemos construir un
mundo con más amor, comprensión, servicio.
Y,
si no lo ven oportuno, nada, renuncio a la impresora. Para mí era un gran
regalo, pues no tengo otra, pero por encima de todo está el vivir desde mi fe,
y mi Dios me alienta a vivir desde el amor.
Gracias
por leerme. Que tengan un feliz día y que el Señor les bendiga.
Sor
Leticia.”
No
tardó en volver a contestarme. Me escribió disculpándose y compartiéndome que
ese entorno es muy agresivo, saca lo peor de las personas... Finalmente, me
decía que me cursará la garantía para repararla.
Le
di muchas gracias al Señor por haberme concedido elegir el camino del bien. Es
verdad que no sé qué pasará con la impresora, pero la felicidad que tengo no la
cambio por nada.
Hoy
el reto del amor es desactivar una cadena de violencia. En este momento el
Señor pone ante ti dos caminos: el del bien y el del mal. Con tu libertad
tienes que elegir, y de tu elección dependerá tu felicidad. Cristo te da su
amor para que en el día de hoy, cuando te encuentres ante una situación de
agresividad, violencia, estrés... no devuelvas mal por mal. Al mal respóndele con
el Amor que Cristo te regala en esta mañana. Te aseguro que la Paz reinará en
tu corazón y tendrás una felicidad grande.
VIVE
DE CRISTO
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Fuente:
Dominicas de Lerma