34 Domingo Cristo Rey (Ciclo B)
MONICIÓN DE ENTRADA
Buenos días,hermanos, sed bienvenidos a la celebración
de la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo.
Con la celebración de esta Solemnidad concluimos el
año litúrgico y con ella, de algún modo, confesamos el Misterio central de nuestra
fe: Jesucristo, por su pasión y muerte en la Cruz, por su Resurrección y
entrega de su Espíritu, se ha convertido en el Señor de la Creación y de la
Historia. Todo se recapitula en Él, para que Él todo lo entregue como ofrenda
al Padre.
Celebremos con gozo esta Eucaristía, llevemos al altar
nuestra vida, para que el Señor la una a su ofrenda y haga entrega de ella al
Padre.
MONICIÓN A LAS LECTURAS
Jesucristo es Rey para gloria de Dios Padre y
salvación nuestra. Su Señorío ha enderezado el proyecto salvador de Dios y
tiene poder para liberar a los hombre de todo lo que nos esclaviza.
Pero, ¿cuál es el trono de su Señorío?, ¿cómo
ejerce su reinado? Las lecturas que hoy se nos van a proclamar, nos invitan a reconocer
que, si bien Cristo es Rey, su reino no es de este mundo, y el modo de ejercer
su Señorío transciende los modos a los que los poderosos nos tienen
acostumbrados.
Escuchemos con atención.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A cada petición respondemos: ¡Señor,
reina sobre el mundo!
-
Por todos los miembros de la Iglesia, para que no reconozcamos otro Señorío que
el de Jesucristo. OREMOS.
- Por nuestros gobernantes, para que consciente de
las limitaciones de su poder conciban el ejercicio de la política como un
servicio. OREMOS.
- Por las personas que viven bajo cualquier esclavitud:
económica, moral, política, social…, para que reconozcan la liberación que les
trae Jesucristo, el Señor. OREMOS.
- Por
los que viven comprometidos en las realidades del mundo, para que lejos de
dejerse seducir por otros intereses se sientan servidores del único Señorío de
Cristo. OREMOS.
- Por todos nosotros que celebramos la Eucaristía dominical, para que
cada domingo unamos nuestra ofrenda de vida a la que Cristo hace de sí al Padre.
OREMOS.
ORACIÓN FINAL
Señor,Jesús, que reinas desde la Cruz,
gracias porque en cada Eucaristía
nos haces participes de tu Reino
y nos introduces en el misterio de amor
que celebramos sobre tu Altar.
Señor, confesamos con fe
que tu Reino no es de este mundo:
Tú no buscas tus propios intereses,
estás al servicio del proyecto salvador del
Padre;
Tú no ejerces un dominio sobre los hombres,
te entregas para nuestra salvación.
¡Señor, tu forma de reinar nos desconcierta!
Realmente, no conocemos otros señores como
Tú;
no conocemos a nadie
que ejerza su señorío como entrega y
servicio.
Señor Jesús,Hermano nuestro,
haznos participes de tu modo de reinar,
ayudanos a comprender
que si por el bautismo nos has hecho reyes
es para que ante el mundo nos presentemos
como servidores del Reino del Padre.
Amén.