ESTÁ VINIENDO Y LLEGA
Adviento-Navidad
Queridos
amigos: paz y esperanza.
De
nuevo con vosotros, pero ahora para hablar del Adviento y la Navidad. El
Adviento es el tiempo litúrgico que vivimos antes de la Navidad. Significa que
Alguien viene, está viniendo, se acerca a nosotros. Ya lo entendéis, me estoy
refiriendo a Jesús, nuestro Señor.
Él está viniendo continuamente, Jesucristo
no es alguien del pasado ni del futuro, es de hoy, de ahora, y para nosotros,
para nuestra historia y nuestro mundo tan sufriente y necesitado de salvación.
En
el evangelio de San Lucas, el profeta Juan el Bautista nos grita diciendo:
“Preparad el camino al Señor”. Pero, ¿a quién tenemos que preparar el camino? Y
también, ¿cómo tendremos que preparar el camino?
Queridos
amigos, dejadme que os dé algunas posibles respuestas. Está claro que aquél a
quien preparamos el camino es a Jesucristo, ya que Él mismo es el que toma la
iniciativa de venir a nosotros; y, nosotros, claro está, anhelantemente
queremos prepararle el camino, esto es, prepararle la vida a fin de que entre
dentro de nosotros. Sí, dentro de nosotros. En definitiva, el Adviento es el
ENCUENTRO de Dios con cada uno de nosotros y con todos. Y el encuentro se
produce porque Dios sale de sí mismo hacia nosotros y nosotros hacia Él.
Y,
¿cómo salir nosotros hacia Él?, es decir, ¿cómo preparar el camino? Pues muy
sencillo, abriéndole nuestro corazón
con humildad, deseándole con toda
nuestra fuerza, buscándole con todo
el alma. Estoy seguro que si esto lo
vivimos así, entonces Dios llegará hasta nosotros con todo su amor. Y, cuando
este encuentro se produce, entonces celebramos la Navidad, esto es, el
nacimiento de Dios en nuestras vidas - bien distinto de la navidad consumista
que nos ponen por la televisión- ; y si la Navidad es Dios que ha entregado su
vida por nosotros, nosotros debemos entregar también nuestras vidas por los
hombres.
El
Papa Benedicto XVI hablando del Adviento, nos dice: “Dios desea encontrarnos, visitarnos, quiere venir, vivir en medio de
nosotros, permanecer en nosotros. Este «venir» se debe a su voluntad de
liberarnos del mal y de la muerte, de todo aquello que impide nuestra verdadera
felicidad, Dios viene a salvarnos”.
Para
terminar, permitidme, con toda humildad, haceros desde estas líneas un llamamiento
a vuestra generosidad a fin de compartir con los pobres. Conozco a misioneros
que están en distintos lugares del mundo pasándolo muy mal. Si realizamos estos
gestos estaremos muy cerca de vivir una verdadera Navidad de Dios, porque Dios,
a través vuestro, habrá visitado el mal para convertirlo en bien, en Navidad.
Finalmente,
desearos una Navidad de Amor y Paz para cada uno y vuestras familias.
María,
Madre de la esperanza y del consuelo, ruega por nosotros.
Jesucristo
os bendiga con su amor encarnado.
Vuestro sacerdote.
P.
Jesús Cano