Una espera diferente
Hola,
buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
El
domingo tuvimos una visita en la que nos compartían cómo la abuela en la cocina
medía los tiempos por oraciones. Por ejemplo: el tiempo de cocción del huevo
pasado por agua corresponde al rezo de un Credo; el tomate al baño María, a un
Rosario; y así transformaba la espera en oración (aparte de conseguir
resultados óptimos en la comida).
Fue
un detalle pequeño que me llamó la atención, porque, a lo largo del día, hay
tiempos de espera que muchas veces llenamos con una llamada, mirando whatsapp,
entrando en una tienda... si no es con impaciencia porque el otro llega tarde o
porque la distancia a recorrer es larga.
Siempre
que nos ponemos en camino o esperamos a alguien es porque detrás hay un destino
o una persona, ¡el tiempo de espera es tiempo de cocción! Un tiempo que es un
regalo para cuidar la cazuela, para preparar la conversación con la persona que
va a llegar, para cuidar a las personas que nos cruzamos por el camino...
¿Cúanto
tiempo tienes de casa al trabajo, a la playa...? ¿20 minutos o un caminar dando
la mano a María con el Rosario por lo que te preocupa o las personas con las
que te cruzas? ¿Cuánto tiempo hasta que llegue esa persona a la que esperas?
¿10 minutos o una oración por la conversación que vais a tener?
Hoy
el reto del Amor es cuidar la cazuela de lo que tengas que hacer con oración,
para que esté a punto a su momento. Reza algo en el momento que tengas que esperar
y, si no sabes ninguna oración, simplemente háblale a Jesús de esa persona, de
ese acontecimiento que está por venir.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma